Desde su balcón empieza a ver
como el sol busca tímidamente la protección de la montaña para acabar
realizando una desaparición sensual y provocadora. Ella se encuentra acompañada
de una ligera música chill out y un libro de tapas duras entre sus piernas desnudas,
aún blanquecinas. Mueve nerviosamente los dedos de sus pies, decorados en un
tono malva oscuro. Con su mano derecha, hace tirabuzones en su larga melena
ondulada. El calor sofoca su cuerpo que ella cada vez va aligerando más de
ropa. Se adentra en la lectura sólo con un culote interior y un sujetador
negro. Mientras sus ojos recorren las líneas, su mano derecha acaricia
lentamente su muslo con la yema de sus dedos. Ésta sube discretamente hasta su
tripa e interfiere entre sus pechos. Su mano abierta acoge su pecho y lo
aprieta con suavidad. Esta vez su mano recorre el camino a la inversa: baja por
su escote, tropieza con su piercing y se introduce sutilmente por debajo de su culote.
El libro golpea contra el suelo, mientras el ruido oculta los jadeos que salen
de su garganta.
Y, de repente, para, se yergue y se distancia de él unos escasos centímetros, que ni el silencio se hubiera atrevido a atravesar. Le mira directamente a los ojos. Ella roza sus propios labios con su lengua para terminar con un pequeño mordisco en el labio inferior, por la parte izquierda de éste. Él se mantiene inalterable en su posición, controlando su deseo por ella, aunque su entrepierna tenga vida propia y roce suavemente el muslo derecho de su enigmática compañera sexual. Ella se inclina sobre él y echa su cálido aliento sobre la fina piel de su cuello provocando que ésta se erice, para terminar con un lametón a la altura de la barbilla. Y sin que ambos se rocen, sus lenguas se acarician atrayéndose entre si para terminar en un apasionado beso, que aunque comienza lento, termina salvaje, ansioso, donde las manos invaden el cuerpo del otro. Él la sube a la altura de su cintura y la penetra fuerte, mientras ella le rodea con sus piernas y su espalda es ahora la que golpea la
Qué ganas tenía de volver a leerte y más de leer una entrada de este tipo! Se te ehca de menos
ResponderEliminarUn abrazo!
Muchas gracias, niño. Últimamente parece que la inspiración se ha echado a dormir. Beijinhos. ;)
EliminarMuy interesante...
ResponderEliminarGracias desconocid@. ;)
EliminarMuy bien, pero has acabado muy pronto (...el relato) ;)
ResponderEliminarTengo que trabajar muchas cosas y por aprender.
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