No escuchéis cuentos de finales felices ni príncipes de armadura en plata. No imaginéis rosas cada mañana ni bailes en la madrugada. No pidáis la cara bonita de la luna. No os hipnoticéis con amplias sonrisas. Sólo son historias de hombres para endulzar oídos inocentes, mentiras escondidas entre ilusiones dibujadas al antojo de deseos mundanos y primarios. Sólo existen historias con principios y finales. Sólo bostezos y mal aliento matutino. Miradas pérdidas en pensamientos de huída. Únicamente quedan pedazos de corazones recosidos. Ropa interior abandonada por viejos dueños de deseos. Ahora, sólo tenemos la Antártida entre nuestros dedos y la espada en nuestro corazón.
Palabras que forman frases. Párrafos que expresan sentimientos.