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Mostrando entradas de mayo, 2009

Necesidad

Según la RAE, la palabra necesidad tiene los siguientes significados: 1. f. Carencia de las cosas que son menester para la conservación de la vida. 2. f. Falta continuada de alimento que hace desfallecer. 3. f. Especial riesgo o peligro que se padece, y en que se necesita pronto auxilio. Pero, el más interesante es: 2. f. Aquello a lo cual es imposible sustraerse, faltar o resistir. El ser humano es y será un ser social. No puedes esconderte, necesitarás expresarte, comunicarte. Necesidad de ser un ser social. Necesito expresar mis inquietudes. Necesito vencer mi silencio. Necesito romper mis barreras. Necesito más. Necesito contar. Necesito reír. Necesito seducir. Una necesidad tiende a ser algo básico para sobrevivir. Sin embargo, en la sociedad de hoy el término NECESIDAD está oculto bajo el CAPRICHO. Necesitamos cosas por puro placer y para la integración en un grupo social. Todos pertenecemos a un grupo, aunque éste sea el ANTIGRUPO, al antisoc

Pereza

Mi necesidad de expresarme, es mi pereza de leer. Leer esos apuntes que cada día me miran con necesidad de sacudirles el polvo. Pero, mi vista es más rápida que ellos, y casi ni nota su presencia. El problema de esto, no es el tema de estudio. Puede ser interesante, incluso divertido o apasionante. Pero ESTUDIAR, verbo preconcebido como acto tedioso, aburrido, sin interés. Echo la vista atrás para recordar mi relación con la lectura y con los libros. Se remonta años atrás (ya estoy en los veinte y muchos). Recuerdo mis clases de Lengua en el colegio. Todas las semanas, recuerdo que era viernes, íbamos a pasear a la parte trasera del patio de recreo. El profesor, vagamente recuerdo su nombre, y también director, en aquellos momentos, elegía al azar a uno de nosotros y tenías que hacer frente a los nervios, hablar de aquellas aventuras que habías descubierto a lo largo de la semana en unos pequeños libros, formato bolsillo. Eran libros peculiares, que cogías en la pequeña biblioteca de

Cuatro letras de pensamiento

Cuando empiezo a vaguear por la casa sin saber a qué aferrarme o cuando soy capaz de pasar media hora frente a la lavadora sin tener conciencia de mis pensamientos, es momento de meditar. Reflexionar. Una llamada dentro de mí clama salir al exterior. Todos queremos tener cinco minutos de gloria o que nuestra historia llegue al mundo. Por eso, hoy, 17 de mayo, estoy frente a ti. Intentaré que mis palabras suenen a gloria, aunque sólo sean entre tú y yo. Es mi historia. No es importante. Ni diferente. Ni más triste que cualquier otra. Pero sigue siendo mía. Hace algunos meses que mi pensamiento se ve invadido por pequeña nubes de ideas, que se agitan de un lado a otro, pero sin tener el valor de salir. Si en una entrevista de trabajo, me pidieran para describirme y tuviera la osadía de ser yo, de contar lo extraño y atípico que alberga en mi, diría: veinteañera, mileurista, solitaria (si no fuera por mi chico y por mi perrita), insegura, tal vez con ideas, pero sin atrevimiento a saca