Ir al contenido principal

Kamikaze a la deriva

     Echó las cartas sobre la mesa aún a pesar de intuir que en aquella jugada podía perder algo más que unos corazones. Desde el otro lado, una mirada desafiante le retaba entre medias sonrisas y el uso de palabras que provocaban en ella la estimulación de algo más que el intelecto.
   No esperaron para comprobar quien ganaba aquella partida; ella ya imaginaba que aquello estaba perdido incluso antes de haber comenzado. Las cartas desparramadas por el suelo. Los cuerpos apoyados sobre una vieja mesa camilla cuyos chirridos se entremezclaban con los gemidos de satisfacción de ella. Allí no hubo palabras dulces ni promesas incumplidas, sólo realidad absoluta que provocaba en la joven mayor enganche al chico al cual lleva ansiando hacía ya algún que otro sueño, aunque no por ello inocente.
  Sus cuerpos desnudos descansaban sólo lo necesario para que sus pieles no se cogieran apego y nuevamente la mano del otro se perdía entre las piernas correspondientes. Tal vez fueron una, dos, tres...es difícil precisar las horas de la nocturnidad. Sin embargo, como cualquier provocador, conoce tanto la puerta de entrada como la de escapada. Ella, con una sonrisa inventada y unas caricias que ahora ya le parecías prestadas, presenció la huida.

    La carta de corazones yacía rasgada debajo de una silla. Las lágrimas borraron la jugada. El silencio volvió a su vida y la obsesión controlada a su respirar. Él, en cada esquina. Él, en cada pitido. Él, en cada vibración. Sin embargo, él ya dejó de jugar. 

Comentarios

  1. Bien reflejado ese desamor, ese desapego, esa huida. Hasta que llega alguien que se queda :) Me ha recordado a mi entrada sobre leones y jirafas http://soldaditomarinero.com/se-busca-leon/

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Confesó

Entradas populares de este blog

Sin definir

Me hubiera gustado dejar algún texto, pero el día no ha sido muy bueno. La verdad es que hay días que sería mejor no levantarse. Os dejo por unos días. Voy a perderme entre playas y bosques, ruinas de otros tiempos, pasadizos a otros mundos, atardeceres con ojos a medio abrir y, tal vez, locuras de corazón. Espero volver con aires renovados, inspiración a borbotones y medias sonrisas sin descubrir. Besos a tod@s. Entrad en septiembre con recuerdos veraniegos y esperanza de próximas escapadas.

Se acordaron de mí

Debería haberlo hecho la semana pasada, pero no he tenido demasiado tiempo libre. Por ello, os pido perdón. Primero, quiero agradecer  a Nelly de "Los Silencios de Nelly" por concederme el Premio "Flor Naranja". Para mí ha sido una grata sorpresa, no esperaba haberme hecho un huequecito tan pronto en este mundo. También, quiero aprovechar para agradecer a María de "Árbol de Luz" por concederme un dulce premio (mmm, ¡qué rico!). Muchísimas gracias por acordarte de mí.  Sólo espero que sigáis disfrutando de mis entradas y que a través de ellas, os provoque alguna sensación. En mi siguiente post, indicaré mis seleccionados para que disfruten de estos premios como estoy haciendo yo. PD: Si me he olvidado de algún premio (tenga esa sensación), por favor, decirlo y lo posteo. Gracias. Beijinhos.

Querido diario

Querido diario, Hoy venía desarreglado, como si no hubiera tenido tiempo a arreglarse. Tal vez, se haya desnudado para otra. Aunque eso ya no me importa. Hace tiempo que sus aventuras dejaron de importarme, y sin embargo, no consigo escapar de aquí. Parece que este maldito anillo bloquea mis fuerzas, mi voluntad. Hace tiempo que dejé de existir. Ya no existe la Aurora de antes o, por lo menos, hace tiempo que dejé de reconocerme frente al espejo. También dejé de buscar mi reflejo porque odiaba lo que en él veía.  Al principio, te culpabilizas por la situación. Te convences a ti misma que aquello es pasajero, que ha sido un hecho aislado, producto del stress, de la tensión o de cualquier otra cosa nimia que en aquel momento te parece lo más grande del mundo. Pero se repite una y otra vez. En cualquier momento. En cualquier situación. Cualquier día. Intentas prepararte, como si fuera necesario un ejercicio de meditación para calmar su ira, aunque el ejercicio lo hacía yo. Mi i...