Cuando empezaba a caer la tarde, le gustaba recorrer las ruinas de
aquella vieja fábrica. Escombros de éxitos pasados. Historias que se escapan
entre medias paredes de hierro y ladrillo. Allí, perdida, se siente como en su
hogar, una pieza resquebrajada, que hace ya tiempo hasta el olvido dejó en un
rincón. Pequeños pasos hundidos en la tierra mojada que sólo la nocturnidad, el
sexo y el alcohol se acuerdan de visitar. Un lúgubre silencio que sólo el
viento osa en romper haciendo estremecer su talla treinta y seis. Llora hacia
dentro, porque derramar lágrimas es un derecho que ella cree no pertenecerle.
Recorre aquellas calles cada semana buscándose, buscando una mano que no
encuentra, porque por mucho que ella alumbre su camino, hay quienes no están
dispuestos a apartar los matorrales que tapan los destellos de los faros. Sólo
hay un camino que se recorre en soledad, perdida en la oscuridad con la máscara
de la vida.
Y, de repente, para, se yergue y se distancia de él unos escasos centímetros, que ni el silencio se hubiera atrevido a atravesar. Le mira directamente a los ojos. Ella roza sus propios labios con su lengua para terminar con un pequeño mordisco en el labio inferior, por la parte izquierda de éste. Él se mantiene inalterable en su posición, controlando su deseo por ella, aunque su entrepierna tenga vida propia y roce suavemente el muslo derecho de su enigmática compañera sexual. Ella se inclina sobre él y echa su cálido aliento sobre la fina piel de su cuello provocando que ésta se erice, para terminar con un lametón a la altura de la barbilla. Y sin que ambos se rocen, sus lenguas se acarician atrayéndose entre si para terminar en un apasionado beso, que aunque comienza lento, termina salvaje, ansioso, donde las manos invaden el cuerpo del otro. Él la sube a la altura de su cintura y la penetra fuerte, mientras ella le rodea con sus piernas y su espalda es ahora la que golpea la
El camino está lleno de piedras pero es el camino a seguir, encontrará esa mano y dejará de lado la oacuridad. Besos.
ResponderEliminarGracias por pasarte siempre. Beijinhos.
ResponderEliminary a veces se siente asi como estar perdido siempre abra una manera de que las cosas mejoren
ResponderEliminarA veces, obnubilados como estamos en su busqueda, es la ausencia de esa mano la que nos dificulta ver que aún en soledad avanzamos. Metro a metro, día a día. Que el Joe de hace una semana o la Ardid que fue hace unas horas ha crecido y tomado el paso aun de modo inconsciente pero firme y siempre adelante.
ResponderEliminarSweetElisabeth! Siempre hay un camino que seguir y si no, tendremos que usar el pincel para dibujarlo.
ResponderEliminarThe Darkness Joe. Coincido contigo plenamente. ;)
+1 Darkness Joe, no tengo más que decir.
ResponderEliminarGracias. ;) Beijinhos.
ResponderEliminar