Si me pusiera analizarlo,
desde el principio, ahora vería todos aquellos indicios que me iban marcando la
que acabaría siendo mi existencia. Pero, como nos pasa a todas, qué importa
ceder un poco si al hombre que tienes enfrente lo amas con locura. Ahí está el
primer error, la primera cesión sobre nosotras mismas a su capricho, en contra
de nuestros principios, es el inicio de las continúas huellas que se irán
marcando en nuestra memoria.
Tal vez no sea la persona
correcta para opinar ya que él formó parte de mi adolescencia y ahora de mi
vida adulta. Mis conocimientos sobre relaciones no van más allá que mi propio
sentido común y mis ansias de autorealizarme, alas que él se encargó de cortar
hace ya tiempo.
Al inicio de nuestra relación,
todo era orgullo, sonrisas y alegrías. Sin embargo, el matrimonio se encargó de
dotar de realidad nuestras vidas y de darnos a cada uno el lugar que creíamos
tener, aunque a mí no me quedó más remedio que acabar aceptando el papel
secundario, inerte y escasamente dotado de intervención, que nadie
quería.
Recuerdo algunas escenas a las
que yo siempre restaba importancia con una sonrisa y un buen beso, hasta que él
se encargó de que aprendiera la lección, como si de una niña rebelde se
tratase:
- Cariño, no deberías ponerte esa falda es
demasiado corta, ¿qué van a pensar mis compañeros?
- Pues, a mí me parece que tiene el tamaño
correcto. Es ahora el momento de lucir piernas.
- No estoy de acuerdo contigo. Será mejor que te
cambies. Vamos, te espero.
- Ya te he dicho que ésta es la falda que me he
puesto y no me la voy a quitar. Nos podemos ir.
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- ¿Estabas ligando con él?
- ¿Cómo?
- Te has puesto a ligar con él.
- Creo que hay una gran diferencia entre ser
amable y ligar. Si hubiera estado ligando, créeme, no me hubiera puesto la
multa.
- No has parado de sonreír.
- ¿Y eso es malo?
- Sí.
- Estás llevando esto al extremo, así que es
mejor que lo dejemos aquí.
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- El próximo fin de semana he quedado con las
chicas, que hace mucho que no las veo. Saldremos de cena y a tomar algo. Puedes
aprovechar y llamar a tus amigos, si te apetece.
- ¿No puedo ir con vosotras? Con los chicos ya
salí la semana pasada.
- Es noche de chicas.
- Es que no quieres que salga contigo.
- Yo no he dicho eso, pero al igual que tú sales
sólo con tus amigos para hablar de vuestras cosas, pues a mí me apetece tener
una noche de chicas.
- Sí, sí, tantas mujeres solas, ya sé yo qué vais
a acabar buscando.
- ¿Por qué siempre tienes que pensar lo peor de
todo?
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Había tantas como éstas que
podría llenar hojas y hojas intentando recordarlas. La primera vez que cedí a
su chantaje emocional fue mi perdición. Cada vez me demandaba más peticiones y
si al principio las buscaba desde un lado correcto, al final se convirtieron en
exigencias, que ya fuera a través de su boca o de sus manos me las
ejemplificaba para evitarme errores.
Éstas son mis huellas. Borra las tuyas.
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Nota: Este texto y el anterior, Heridas de maquillaje, entran dentro de mi Apoyo contra la Violencia de Género, que se celebra este mes. Sé que no es lo mejor que ha salido de mí, pero era algo que quería hacer.
que buen texto.
ResponderEliminarA pesar de lo mucho que me hace recordar pequeños rasgos de mi caracter -ojo, solo pequeños y justificados-, disfrute mucho de la lectura. Sin querer, inclusive, solte una carcajada...
ResponderEliminarDisculpame si no fue esa tu intencion desde el principio. Ando medio loco.
Un abrazo.
Me gusta como escribes perfecto.........
ResponderEliminarMe ha encantado la lectura de tu entrada pero me han sorprendido los comentarios que me preceden.
ResponderEliminarNo se, pero este tipo de temas me entristecen. Son huellas tan claras de lo que viene despues que estremecen.
Escribes muy bien. Y me alegra mucho de aquel premio de lotería que me comentaste.
Saludos.
Cuando nos enfermamos de amor ( a estas altura ya parece una patologia crónica) uno de los sintomas es el abandono de nuestras voluntades. Lo malo es que nadie está a salvo y lo bueno es que algunos encuentran el remedio para no perder definitivamente su libertad individual.
ResponderEliminarTe recomiendo a Carminho, nueva promesa del fado,así como Misia o Dulce Pontes.
Petons
Las pequeñas cosas, esas cosas que pensamos que no tienen importancia, quizás sean las que en realidad, tengan más importancia.
ResponderEliminarCoincido totalmente contigo, Leticia. Gracias por pasarte. Beijinhos.
ResponderEliminarLuciérnagas de Ciudad. Es díficil controlar dónde está el límite de la individualidad y dónde la de la pareja. Escucharé tu recomendación. Gracias.
Neuriwoman. Hay que tratar de ir más allá de las palabras para comprender algunas opiniones. La cuestión es saber dónde está el límite. Gracias por pasarte. Todos tenemos nuestra loteria. ;) Beijinhos.
Bienvenida, Recomenzar. Gracias por tus palabras.
Ai, Alexander, tenemos carácteres tan complejos y un mismo texto tendrá tantas versiones como ojos lo lean. Lo importante es ambos casos es ver la diferencia a tiempo. Besos.
Gracias, SweetElisabeth!
Un buen texto.
ResponderEliminarnadie es posesión de nadie. Nadie debe de decir a otro alguien lo que debe hacer, como debe de hacerlo, cuando debe de hacerlo. Nadie puede perder su esencia personal
En fin, que, al fin y al cabo, de lo que se trata es de ser feliz y alguien que corta tu libertad que te impide hacer loq ue quieres es alguien que NO te quiere.
saludos
Gracias, Carlos. Y bienvenido a este rinconcito. Busquemos la felicidad y ya veremos donde se encuentra. ;)
ResponderEliminarEl mayor daño de todos es perder nuestra voluntad y nuestra capacidad de criterio. Siempre debemos elegir aquello que deseemos hacer y ser nosotras mismas, sin embargo, es tan fuerte nuestro deseo de complacer y ser amadas que nos olvidamos de la primera regla de oro: para amar, hay que empezar por amarse a un@ mism@. Y el amor que tanto nos venden como entrega debería entenderse como un caminar junto a... vivir y disfrutar con el otro, sin miedos, sin renuncias a lo que uno es, sólo con entrega libre y voluntaria, y dispuesta a recibir todo aquello que el otro te regale. Todos los momentos juntos hay que disfrutarlos con voluntad libre y no como una coacción o un miedo a... Muchos besos, y bienvenida al mundo de "Las decisiones están en tus manos", tu vida será la que tu desees. PD: Te quedan muy bien las minifaldas, bsos ;)
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