Tal
vez me equivoque y las palabras aquí transcritas sean tan erróneas como la raíz
cuadrada de quinientos veinte y tres entre siete. Los ojos que tú ves cada mañana
pues no son los mismos que te miran cada tarde, justo a las cinco y veinte,
siempre con prisas para llegar al último toque del timbre. Tal vez si supieras
que esa joven pálida apoyada contra la pared descascarillada de la cafetería es
la misma que acompaña tus noches de soledad, frente a una pantalla a veces
demasiado silenciosa. Tantas vocales, hiatos, diptongos intercambiados y aún
tratas de convencerme que no conozco a ese solitario tímido cabezón que
disfraza sus paranoias mentales de sonrisas eternas. Ése que es incapaz de
retroceder ante una decisión tomada porque primero está la madurez acompañada
de la lógica y, si se diera la ocasión, blandiría un poco de impulsividad. Pero
he llegado a pensar que solicitaste goma de borrar para quitar de tu
pensamiento tan tamaño sacrilegio del comportamiento humano. Si los médicos no
sólo recetaran medicación, yo les pediría grandes dosis de locura para ti y un
poco de razonamiento para mí, tal vez así intercambiemos los papeles que este
loco destino nos ha adjudicado el uno contra el otro, destino que nunca nos
perteneció. Tal vez ése sea el motivo que me atrapa hacia a ti y la
consideración el que te mantiene a ti.
Y, de repente, para, se yergue y se distancia de él unos escasos centímetros, que ni el silencio se hubiera atrevido a atravesar. Le mira directamente a los ojos. Ella roza sus propios labios con su lengua para terminar con un pequeño mordisco en el labio inferior, por la parte izquierda de éste. Él se mantiene inalterable en su posición, controlando su deseo por ella, aunque su entrepierna tenga vida propia y roce suavemente el muslo derecho de su enigmática compañera sexual. Ella se inclina sobre él y echa su cálido aliento sobre la fina piel de su cuello provocando que ésta se erice, para terminar con un lametón a la altura de la barbilla. Y sin que ambos se rocen, sus lenguas se acarician atrayéndose entre si para terminar en un apasionado beso, que aunque comienza lento, termina salvaje, ansioso, donde las manos invaden el cuerpo del otro. Él la sube a la altura de su cintura y la penetra fuerte, mientras ella le rodea con sus piernas y su espalda es ahora la que golpea la
Recordé una frase de morfeo en matrix, que dice que el destino ocurre y nosotros sólo debemos entender el por qué... :) saludos! te sigo, cuídate.
ResponderEliminarA veces sólo lo entendemos pasado un tiempo. Gracias por pasarte. Besos.
EliminarBuenas tardes Ardid.
ResponderEliminar¿Sabes a qué me ha recordado el título de esta entrada? A un videojuego indi para PC de terror y suspense. Te lo recomiendo si te gustan las aventuras gráficas y pasar miedo mientras juegas.
Cambiando de tema, me he quedado principalmente porque me han encantado tus palabras, me encanta tu forma de expresar tus sentimientos y, sobre todo, tu imaginación, no todo el mundo tiene esa capacidad. Enhorabuena por el éxito de tu página.
Aquí tienes a una nueva lectora, ¿ok?
Antes de marcharme, si me lo permites, me encantaría compartir contigo mi blog de literatura optimista "Positiva Dimensión" y de "Tomb Raider Spain", quizás te aporten cosas constructivas; puedes acceder a ellas haciendo clic en mi nombre de usuaria, pero aquí te dejo la dirección por si las moscas:
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Un cordial saludo desde el Sur de España, y muchísima suerte en todo lo que hagas. Recuerdo que hay objetivos imposibles, sino mentes perezosas. Espero que pronto nos deslumbres con una nueva entrada.
Fdo: M.
Muchas gracias, Melodie, y bienvenida. ¡Nos leemos!
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