Hay despedidas que no lo parecen ni que lo pretenden. Hay palabras que
perforan más hondo que un simple "adiós". Ponerse la realidad delante
de los ojos, para después pisarla y mezclarse con ella y con aquellos que
forman parte de la misma: gente real que tardan quince minutos en mirarte a los
ojos por timidez, o aquellos que recorren kilómetros por un simple café y una
conversación, gente que se podría tocar, acariciar..... Al fin y al cabo, gente
real. Pero yo no soy más que la mera protagonista de un mal dibujante venido a
menos con ansias de conquistar un mundo inexistente. El diseño de una
treintañera pálida de ojos tristes en busca de una felicidad que huye con el
viento, que se empeña en decir una cosa cuando está sintiendo otra y que se ha
dado cuenta, aunque sea un poco tarde, que los sueños son para otros.
Me hubiera gustado dejar algún texto, pero el día no ha sido muy bueno. La verdad es que hay días que sería mejor no levantarse. Os dejo por unos días. Voy a perderme entre playas y bosques, ruinas de otros tiempos, pasadizos a otros mundos, atardeceres con ojos a medio abrir y, tal vez, locuras de corazón. Espero volver con aires renovados, inspiración a borbotones y medias sonrisas sin descubrir. Besos a tod@s. Entrad en septiembre con recuerdos veraniegos y esperanza de próximas escapadas.
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Confesó