Ir al contenido principal

Sucesión de equivocaciones

El caos la invade con tanta frecuencia que vive en una puta contradicción de si misma. Que ahora sí, pero que después no. Ahora estás, pero el mañana nunca se sabe si despertará. Las palabras que te acabaron convirtiendo en protagonista de historias nunca creadas, son las mismas que ella utilizó para herir. Miedo. Locura. Sustantivos que en vez de mirarse frente a frente, esta vez se dieron la mano, adentrándose en la niebla del caos. Y, y, y, y, y, y, y, una pregunta tras otra que nunca se cansan de sucederse, que se acumulan como el polvo sobre su pensamiento, pero más difícil que una corriente de aire las haga desaparecer. Y la marcha atrás aquí no es posible, ya se engendró el error, la equivocación, el daño, trillizos que vieron pronto el amanecer rodeado de oscuridad y desesperanza. 
Paciencia. Esperar. Paciencia. Esperar. Las repite para si misma como una verdad que no termina de creer. Y lo único que desea es verle aparecer; pero hace mucho que comprendió que la vida no está hecha de deseos cumplidos, sino de deseos por cumplir. 
Palabras escondidas bajo el colchón, a veces usa una o dos para pedir perdón. 
Y nuevamente se rodea de obsesión, caos, locura, irracionalidad. Son sus juguetes de salón. 

Comentarios

  1. De los errores aprendemos,
    estos días entrañables en los que compartimos alegrías con los familiares y amigos, deseo pases unas felices fiestas.
    un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. El último trozo del texto, me ha recordado a una buena letra de rap...
    muah

    ResponderEliminar
  3. Ricardo: La vida es un aprendizaje constante; sólo debemos pararnos en su lección.
    Bom Natal e Feliz Ano Novo.
    Nos tendremos que buscar un músico para darle melodía, poetadebotella. ;)

    ResponderEliminar
  4. Impecable. Como siempre.

    Te dejo mi beso y mis mejores deseos para estas fiestas :D

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias, Mariana. Bom Natal e Feliz Ano Novo para ti. En el 2012 tus sueños sean más cerca de ser una realidad. Beijinhos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Confesó

Entradas populares de este blog

Explotemos juntos en alguna ocasión (continuación de "Ni tú pá mi, ni yo pá ti")

Y, de repente, para, se yergue y se distancia de él unos escasos centímetros, que ni el silencio se hubiera atrevido a atravesar. Le mira directamente a los ojos. Ella roza sus propios labios con su lengua para terminar con un pequeño mordisco en el labio inferior, por la parte izquierda de éste. Él se mantiene inalterable en su posición, controlando su deseo por ella, aunque su entrepierna tenga vida propia y roce suavemente el muslo derecho de su enigmática compañera sexual. Ella se inclina sobre él y echa su cálido aliento sobre la fina piel de su cuello provocando que ésta se erice, para terminar con un lametón a la altura de la barbilla. Y sin que ambos se rocen, sus lenguas se acarician atrayéndose entre si para terminar en un apasionado beso, que aunque comienza lento, termina salvaje, ansioso, donde las manos invaden el cuerpo del otro. Él la sube a la altura de su cintura y la penetra fuerte, mientras ella le rodea con sus piernas y su espalda es ahora la que golpea la

Sueños de medianoche

Nos escondimos en aquel viejo cuarto, tras las escaleras de la segunda planta, después de la sala de ordenadores de los de segundo de carrera, ¿te acuerdas? Dos pares de vaqueros tirados sobre el suelo. Mi camiseta sobre el pomo de la puerta. La tuya, sobre la pila de viejas CPU, de una generación ya olvidada. El aire la ondeaba como la bandera de un barco pirata reclamando su territorio. Golpeaste mi espalda contra la puerta, sujetando con firmeza mis brazos por las muñecas, quedando a tu merced. Me clavaste tu mirada con tal intensidad, que aún hoy sólo necesito cerrar los ojos para sentirla sola para mí. Me susurraste al oído derecho que cerrara los ojos y cuando mis párpados se bajaron sentí tus labios recorrer lentamente mi cuello hasta la clavícula, haciendo estremecer todo mi cuerpo. Tu lengua saboreó mis pezones haciéndolos endurecer. Ibas bajando hacia mi ombligo; tus manos acariciaban las curvas de mi cuerpo. Sutilmente retiraste la última pieza que cubría mi cuerpo, quedan

¿Lo probamos?

-¡Chist, calla! -¿Pero esto no lo puedo utilizar? -No, eso tampoco. -Pues, no sé yo si me va a gustar, ¿eh? -Déjame a mí y verás como te gusta. Colócate ahí.  -¿Dónde pongo las manos? - Tus manos irán agarradas a este par de pañuelos negros. ¿Te aprietan? -No, así están bien. Lo has hecho para evitar que te toque. -No. -Ah, ¿no? ¿Y entonces por qué ha sido? -Para que tú no evites que deje de tocarte a ti. -Te aseguro que no vas a conseguir mucho sólo con un par de besos. -En ese caso, no te importará que también te ate por los tobillos, ¿verdad? -No conocía este lado tuyo, le dijo él con la mirada traviesa. Mientras ella cerraba el nudo del tobillo derecho, levantó su mirada hacia él y sin nombrar palabra, continuó con el tobillo izquierdo. -Ahora sí cumplirás la norma, sentenció ella. Sólo había una, la única era dar placer sólo a través de los labios. Estaba prohibido el uso de cualquier otra parte de