Y todos pagamos por nuestros malos pensamientos, por nuestros errores,
por el dolor repartido a nuestro alrededor. De nada sirve que el día treinta y
uno quememos el sufrimiento porque éste seguirá perdurando en nuestro
pensamiento y en el de aquellos que fueron diana de inconscientes flechas de
dolor. Rompes fotos en mil pedazos para borrar un pasado que una vez existió,
pero cierra los ojos y piensa que inspiró cada una de ellas: momentos de
improvisación, de locura, bajo el hechizo de su encantamiento. Búscate entre
letras perdidas y conversaciones guardadas, porque de tanto desear encontrarte
acabaste olvidando el porqué de esta búsqueda. Ni eres, ni fuiste, ni serás más
que la sombra de un perfil mal diseñado. Una acumulación de caos que perdió el
camino de tanto esperar en la estación por un tren sin destino ni confirmación,
que nunca pasaría por esta parada llena de incertidumbre y polvo de
sentimientos. Y cumple el castigo de tu condena bajo la sombra de nuevos
temores que te susurran cada noche detrás de unos párpados a medio cerrar.
Y, de repente, para, se yergue y se distancia de él unos escasos centímetros, que ni el silencio se hubiera atrevido a atravesar. Le mira directamente a los ojos. Ella roza sus propios labios con su lengua para terminar con un pequeño mordisco en el labio inferior, por la parte izquierda de éste. Él se mantiene inalterable en su posición, controlando su deseo por ella, aunque su entrepierna tenga vida propia y roce suavemente el muslo derecho de su enigmática compañera sexual. Ella se inclina sobre él y echa su cálido aliento sobre la fina piel de su cuello provocando que ésta se erice, para terminar con un lametón a la altura de la barbilla. Y sin que ambos se rocen, sus lenguas se acarician atrayéndose entre si para terminar en un apasionado beso, que aunque comienza lento, termina salvaje, ansioso, donde las manos invaden el cuerpo del otro. Él la sube a la altura de su cintura y la penetra fuerte, mientras ella le rodea con sus piernas y su espalda es ahora la que golpea la
buah! pasa de miedos nuevos...no te pegan para este 2012!;)
ResponderEliminarMedia verónica!:)
Una mitad que se hunde en un océano oscuro. En una fosa abisal que poco puede sino cobijar entre sus frias aguas los lamentos más oscuros del hombre.
ResponderEliminarBueno, esto si que es nuevo!!!! Gracias por la invitación...
ResponderEliminarQue comiences un muy buen año!!!!!!
Besos
Poetadebotella. Ya no sé ni lo que me pega. ;)
ResponderEliminarSymmetry. No lo hubiese descrito mejor.
La Novia. A ti, por pasarte. ;) ¡Ojalá! Que en 2012 vuestros sueños sean una realidad.
Una vez más, un texto increíble.
ResponderEliminarCoincido contigo, pero tal vez sea el momento de reinventarse.
Un Beso :)
Eso iba a decir, que las cosas cambien para el 2012 :)
ResponderEliminarlo mejor este año.
ResponderEliminarTal vez sea el momento, Nelly. Besos.
ResponderEliminarEn tres semanas mi vida cambiará, Miqui, sólo depende de que sea para bien.
SweetElizabeth. El tiempo lo dirá.
Espero que el cambio haya llegado o este en ello..
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