Mis manos
empiezan a temblar. Con el corrector trato de tapar las ojeras de las escasas
horas dormidas en las últimas semanas. El maquillaje ya no tapa las heridas. Ni
dos capas son suficientes para disimular el tono violáceo que recorre mis
pómulos. Siempre me digo que será la última vez, por mucho que él insista en
que no lo volverá a hacer. Él rompe su promesa. Yo nunca cumplo la mía. Una
falda demasiado corta. Una sonrisa inocente. Un gesto "inapropiado",
según su parecer. Cualquier excusa le es suficiente para recriminar sus
debilidades sobre mi cuerpo. Dedos marcados en mi brazo izquierdo. Empujones.
Tirones. Un azote contra la puerta. Cinco puntos en la cabeza. Gotas de sangre
sobre mis manos. Golpes en su conciencia.
Mis manos
tiemblan. La llave se introduce en la cerradura. El terror se apodera de mis
músculos. Hubo un tiempo en que la pasión marcaba mis movimientos. Algo tan
lejano que aún cerrando mis ojos con suma fuerza no consigo que los recuerdos
vuelvan a mí. No puedo vivir del pasado ni de un futuro que nunca llega.
A veces
pienso que sólo seré una más en la lista. Un cuerpo llorado. Un nombre tachado.
Una simple estadística olvidada y recordada una vez por año. Una belleza
mutilada por los golpes de sus manos.
Y, ahora,
como cada mañana "huyo" de mi casa con los zapatos en la mano y de
puntillas tratando de que los golpes no borren el maquillaje, que las lágrimas
no se escapen de sus vertientes.
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Nota: Este mes se celebra el día Contra la Violencia de
Género y sólo quería llamar la atención sobre esta lucha, que debe ser diaria y constante.
Es genial y está muy bien descrito, te felicito por tu relato. Un beso.
ResponderEliminarQué pasada, es increíble, la forma en que escribes todo es genial... Nadie tendría que pasar por eso, y ojalá algún día deje de ocurrir.
ResponderEliminarmuaak
He perdido la cuenta de la ultima vez que entre a leerte. El viaje fue muy largo, pero regreso a re descubrir aquellas maravillosas mentes que antaño captaron mi atención.
ResponderEliminarRegreso.
Muy buena lectura.
Besos.
Ojala pudiera leer tu texto sabiendo que es sólo ficción,que cosas como estas no pasan nunca...
ResponderEliminarCondesa Bathory. Muchas gracias por leerme y por tus palabras.
ResponderEliminarCharlotte. Sólo trato de que nos conciencemos de que cualquiera puede ser la protagonista, por ello, no se puede permitir la más leve señal.
Alexander. Gracias por pasarte por mi espacio nuevamente. La inspiración es la que manda y no siempre obtenemos lo que buscamos.
Cyanide. Ojalá llegue el día en que encendamos la televisión y no haya nombres que apuntar a la estadística.
Me uno incondicionalmente a la causa contra la violencia.
ResponderEliminarMucha luz, bella.
Muy buen relato... el maquillaje no debe tapar las heridas... hay que denunciarlo. Esta es una bonita manera
ResponderEliminarGracias, Mariana. Beijinhos.
ResponderEliminarRiol. Gracias por pasarte. Totalmente de acuerdo. :)
eh! pues tu cada dia escribes mejor señorita cuatroletras...me gusta mucho!:)
ResponderEliminarMuchas gracias, aunque no esté muy conforme con lo que resulta últimamente. Me alegra de que te haya gustado. ;)
ResponderEliminarMARAVILLOSO!!!!!
ResponderEliminarBienvenida, Recomenzar! Me alegro de que te guste, aunque sólo busque concienciar. Beijinhos.
ResponderEliminarSólo pensarlo se me ponen los pelos de punta, el maltrato es algo que todos deberíamos denunciar... aún sigo sin entender el silencio de la gente que calla cuando conoce que estas cosas están ocurriendo. Muy duro q tengan q maquillar las huellas cuando deberían decir a gritos, "Soy maltratada y él es el maltratador"
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