Ir al contenido principal

No estoy para la ocasión

Me situé al otro lado, en un rincón oculto por las sombras de las nubes que acompañaron el día. Vi tu mirada perdida, algo inquieta. Estabas rodeado de gente que iba y venía hacía ti con palabras bonitas, deseos de un futuro prometedor, a lo que tú respondías con un humilde "gracias". Estabas muy guapo con ese traje negro. Permanecí callada, ausente en la distancia, arropada por las ramas de un viejo olivo que hacía algunas semanas le habían arrebatado su vestimenta. En esos momentos, se arremolinaban a tu alrededor como un último intento de sacarte de aquella locura. Llevaba puesto el vestido negro ajustado, el que me marca todas las curvas, que sólo con verlo siempre acababa tirado en el suelo, sin importar dónde estuviéramos. Sé que el protocolo no recomienda el negro para estas ocasiones, pero mi corazón está de luto. La hora estaba próxima. Las lágrimas se derramaban por mis mejillas, aunque mis ojos se ocultaban detrás de unas grandes gafas de sol, aunque tanto éste como yo, estábamos ocultos, buscando un resquicio de oportunidad para brillar. Mis tacones rechinaban contra la arena, mientras a mis espaldas sonaban los frenos de un recién estrenado Mercedes para el momento. La puerta se cerró entre aplausos de asistentes. 

Una desconocida camina por un camino de tierra con tacones de aguja y vestido de fiesta. La celebración de un duelo por amor. 

Comentarios

  1. No me gustan las distancias, hay que acortarlas siempre, lo sabes...

    ResponderEliminar
  2. Hay distancias elegidas, otras impuetas y las peores, sin fecha de caducidad.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Confesó

Entradas populares de este blog

Sin definir

Me hubiera gustado dejar algún texto, pero el día no ha sido muy bueno. La verdad es que hay días que sería mejor no levantarse. Os dejo por unos días. Voy a perderme entre playas y bosques, ruinas de otros tiempos, pasadizos a otros mundos, atardeceres con ojos a medio abrir y, tal vez, locuras de corazón. Espero volver con aires renovados, inspiración a borbotones y medias sonrisas sin descubrir. Besos a tod@s. Entrad en septiembre con recuerdos veraniegos y esperanza de próximas escapadas.

Se acordaron de mí

Debería haberlo hecho la semana pasada, pero no he tenido demasiado tiempo libre. Por ello, os pido perdón. Primero, quiero agradecer  a Nelly de "Los Silencios de Nelly" por concederme el Premio "Flor Naranja". Para mí ha sido una grata sorpresa, no esperaba haberme hecho un huequecito tan pronto en este mundo. También, quiero aprovechar para agradecer a María de "Árbol de Luz" por concederme un dulce premio (mmm, ¡qué rico!). Muchísimas gracias por acordarte de mí.  Sólo espero que sigáis disfrutando de mis entradas y que a través de ellas, os provoque alguna sensación. En mi siguiente post, indicaré mis seleccionados para que disfruten de estos premios como estoy haciendo yo. PD: Si me he olvidado de algún premio (tenga esa sensación), por favor, decirlo y lo posteo. Gracias. Beijinhos.

El mapa de tus descubrimientos

         En mi región lumbar, están las instrucciones para descubrir mis oscuros deseos. Si aprietas mi dedo meñique, la sonrisa se dibuja en mi cara. Debes recorrer mis curvas con las manos limpias de pudor para obtener los resultados. Cuéntame los lunares de mis ingles como motas de chocolate vertido sobre la encimera de mi barriga. Las curvas de mis codos despiertan el éxtasis de mi cuerpo. Mis pestañas se hacen hermosas cuando el pincel las acaricia sin temor. Ese pequeño recuerdo de mi nacimiento se oculta temeroso en el tercer lunar de mi muslo izquierdo, pero debes empezar a contar desde el contorno de mi pezón. El lóbulo izquierdo hace girar mis tobillos al saltar. El libro de los sentimientos juega al escondite hasta que tu pasión acabe de contar diez. Éste es mi mapa. ¿Cuál es el tuyo?