Ir al contenido principal

Desencuentros buscados

¿Qué esperas encontrar? ¿Dulces despertares con tortitas y chocolate? ¿Tardes de lluvia jugueteando en el sillón? Reconócelo, eso no es para ti. Contigo no hay comida los domingos en casa de mis padres. Ni paseos al atardecer. Contigo no hay rutina de lunes a domingo ni sueños en el colchón. Tú estás podrido de caos y yo, hija bastarda, de la tradición. Contigo sólo hay arranques de improvisación y carreras a mil por hora. Huyendo cada noche de ti mismo con miedo a tener que parar y dejarte seducir por el paisaje. Tal vez quisieras quedarte. Y yo parando en cada rincón deseando permanecer quieta. No quiero que me busques. Seríamos el desencuentro esperando ser olvidado en una noche de estrellas fugaces. O un caballito a 200 por hora. Excitante, pero efímero. Nunca dejarás de buscar, pero sólo necesitas encontrarte a ti mismo.
Él, con ojos perezosos, vio el haz de su silueta, escapándose por la puerta. Ella, paralizada, descansaba en el umbral, con manos temblorosas. Ésta fue la última vez que se les vio juntos. Ahora, él huye de cama en cama, buscándola entre caricias y pensamientos. Ella, buscándose entre sus recuerdos.

Comentarios

  1. Una mezcla muy confusa para mi. Le encuentro a tu texto mi propio sentido, pero el tuyo no.

    Odio no ser más empatico. Al leer este texto me saltó Warcry: invierno en mi corazón (desde tu reproductor. Es curioso el efecto que se da al leer y escuchar.

    I says hello.

    ResponderEliminar
  2. Echaba de menos sumergirme en tus textos.
    El anterior me gusta especialmente, este tiene un toque algo triste...pero me gusta mucho.
    Un Beso :)

    ResponderEliminar
  3. Hay veces que los sentimientos no siguen parámetros fijos. La mente suele ser un caos de emociones y pensamientos a lo que pocas veces le encontramos el sentido. Gracias por los comentarios. Besos.

    ResponderEliminar
  4. Un texto tremendo. Me ha gustado muchísimo, me quedo leyendo por aquí
    :)

    ResponderEliminar
  5. Bienvenido, Sergio. Espero que encuentres algo más que te guste.

    ResponderEliminar
  6. qué precioso me ha encantado!
    felicidades!

    ResponderEliminar
  7. Bienvenida, Anaia Alonso. Gracias por pasarte por aquí. Espero que te siga gustando lo que encuentres.

    ResponderEliminar
  8. La verdad es que este relato me ha dejado sin palabras. Me he sentido muy identificada.

    ResponderEliminar
  9. Una búsqueda interesante, quizá un perderse sin más en uno mismo...
    Gracias por pasarte por mi blog en su cumpleaños y por felicitar!! :) Un abrazo!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Confesó

Entradas populares de este blog

Sin definir

Me hubiera gustado dejar algún texto, pero el día no ha sido muy bueno. La verdad es que hay días que sería mejor no levantarse. Os dejo por unos días. Voy a perderme entre playas y bosques, ruinas de otros tiempos, pasadizos a otros mundos, atardeceres con ojos a medio abrir y, tal vez, locuras de corazón. Espero volver con aires renovados, inspiración a borbotones y medias sonrisas sin descubrir. Besos a tod@s. Entrad en septiembre con recuerdos veraniegos y esperanza de próximas escapadas.

Se acordaron de mí

Debería haberlo hecho la semana pasada, pero no he tenido demasiado tiempo libre. Por ello, os pido perdón. Primero, quiero agradecer  a Nelly de "Los Silencios de Nelly" por concederme el Premio "Flor Naranja". Para mí ha sido una grata sorpresa, no esperaba haberme hecho un huequecito tan pronto en este mundo. También, quiero aprovechar para agradecer a María de "Árbol de Luz" por concederme un dulce premio (mmm, ¡qué rico!). Muchísimas gracias por acordarte de mí.  Sólo espero que sigáis disfrutando de mis entradas y que a través de ellas, os provoque alguna sensación. En mi siguiente post, indicaré mis seleccionados para que disfruten de estos premios como estoy haciendo yo. PD: Si me he olvidado de algún premio (tenga esa sensación), por favor, decirlo y lo posteo. Gracias. Beijinhos.

Querido diario

Querido diario, Hoy venía desarreglado, como si no hubiera tenido tiempo a arreglarse. Tal vez, se haya desnudado para otra. Aunque eso ya no me importa. Hace tiempo que sus aventuras dejaron de importarme, y sin embargo, no consigo escapar de aquí. Parece que este maldito anillo bloquea mis fuerzas, mi voluntad. Hace tiempo que dejé de existir. Ya no existe la Aurora de antes o, por lo menos, hace tiempo que dejé de reconocerme frente al espejo. También dejé de buscar mi reflejo porque odiaba lo que en él veía.  Al principio, te culpabilizas por la situación. Te convences a ti misma que aquello es pasajero, que ha sido un hecho aislado, producto del stress, de la tensión o de cualquier otra cosa nimia que en aquel momento te parece lo más grande del mundo. Pero se repite una y otra vez. En cualquier momento. En cualquier situación. Cualquier día. Intentas prepararte, como si fuera necesario un ejercicio de meditación para calmar su ira, aunque el ejercicio lo hacía yo. Mi i...