Ir al contenido principal

Todo acabó

A las 3.43 horas acabó todo. He dejado de sentir el temor que me abordaba en cada despertar. Mis únicos momentos de felicidad, eran cuando tendía mi cuerpo, cerraba mis párpados y me sumergía en otro mundo, un mundo donde el miedo no formaba parte de mi ser. Ahora puedo gritar, decírselo a su cara, que ya todo acabó. Ya no permitiré que me haga más daño. No le permitiré que haga de mi corazón, un corazón maltrecho, sacudido por sus temibles palabras, siempre llenas de horror. Mi mente estaba sumergida en manos levantadas, gritos ensordecedores y heridas profundas, de ésas que sólo dejan huella en el recuerdo. 

Ahora, todo llegó a su fin. 

Como otra noche más, entró por la puerta tambaleándose y susurrando con dulzura una vieja canción que una vez le cantó a mis oídos, a nuestro amor. Mi cuerpo, protegido bajo las sábanas, empezó a temblar. Parecía prever que esta vez sería diferente, que habría un final. Su sombra se asomó a través de la puerta, como un fantasma que busca a una víctima que estremecer. No escuché sus pisadas ni su respiración entrecortada hasta que mi cabello pendía de su mano izquierda. Sentí las sacudidas. Mi cuerpo era zarandeado de un lado a otro de nuestra habitación hasta que lo dejó caer frente a la puerta del baño. 
Intenté erguirme, pero cuando conseguí reunir todas mis fuerzas, se abalanzó sobre mí. El camisón fue separado de mi blanca piel. Yo lo miraba con perplejidad, sin comprender por qué ya no sentía el roce con mi piel. El primer golpe fue suave. Una leve caricia, me atrevería a decir. Pero, pronto recuperó las fuerzas perdidas por el alcohol y desató su rabia, su frustración, su debilidad, con mi mente, con mis recuerdos, con mi futuro. Sólo recuerdo los primeros golpes, el resto están guardados en el rincón más remoto de mi mente. 
Todo acabó. Alguien me dijo que su cuerpo yacía malherido en el suelo del comedor. Yo fui encontrada en la puerta de entrada, con la vista fija mirando hacia el exterior, con mis dedos acariciando la libertad. Ahora, estoy luchando por sobrevivir. Mi cuerpo está tumbado en una vieja cama de hospital, rodeado de médicos, enfermeras y medicamentos en vía, pero no necesito calmantes. La libertad, la felicidad, la ausencia de dolor son los calmantes de mi nueva vida, la vida que estoy luchando por recuperar. Las heridas del alma, los recuerdos malditos, todo esto será sepultado en mi cerebro por nuevos cimientos. Sólo espero despertar, él no debe ganar.

Comentarios

  1. me ha gustado mucho el texto !
    muchas gracias por el comentario que me dejaste ya he vuelto espero que todo marche genial un besazo !! :)

    ResponderEliminar
  2. Como siempre... tan genial...
    Un saludo amiga:D!! Cuidate..

    ResponderEliminar
  3. Por lo intenso, conmovedor, directo y, sobre todo, narrado con una habilidad envidiable guardo en mi mente esta entrada como una de las mejores que he leido.
    Muchos abrazos.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias a tod@s.
    Alexander, no puedo dejarte comentarios en el blog. Espero que pueda pronto. Beijinhos a tod@s.

    ResponderEliminar
  5. Ufff, desvastador, y tremendamente bien narrado. Es una escena terrible, un cúmulo de sensaciones maltrechas e impactantes.


    Me recuerda a la canción de "rat is dead" debes oírla, tu texto es una inspiración para canciones libres como esa...

    Un beso amiga. =)

    ResponderEliminar
  6. Es triste, pero esta tan bien expresado q transmite todo.

    ResponderEliminar
  7. Que yo sepa el cómic no se puede ver en ningún sitio.Lo publicaron en una revista sobre manga/anime que hace ya tiempo dejaron de hacer y yo tengo el ejemplar que me mandaron por haber ganado (bueno,en realidad gané junto a una amiga,que no todo el mérito es mío).
    Lo del ruso es porque este verano me aburría,cogí un diccionario y empecé a intentar leer cosas. Como mi padre me vio interesada me dio un libro para aprender mejor,aunque no tengo ni idea de nada jaja

    ResponderEliminar
  8. Desolador pero con una belleza indescriptible....Enhorabuena ^^

    **

    Oye, qué tal lo pasaste en el mercado?, yo fui al final ^^

    Besos de letras con Tinta (^_^)

    ResponderEliminar
  9. Cielos. Senti horrible cada palabra leida, aveces me meto demaciado en el escrito... Magnifico (: Ya te sigo.

    ResponderEliminar
  10. es increible la profundidad con la que escribes cada una de tus lineas... Besos lunaticos y sigue asi.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Confesó

Entradas populares de este blog

Sin definir

Me hubiera gustado dejar algún texto, pero el día no ha sido muy bueno. La verdad es que hay días que sería mejor no levantarse. Os dejo por unos días. Voy a perderme entre playas y bosques, ruinas de otros tiempos, pasadizos a otros mundos, atardeceres con ojos a medio abrir y, tal vez, locuras de corazón. Espero volver con aires renovados, inspiración a borbotones y medias sonrisas sin descubrir. Besos a tod@s. Entrad en septiembre con recuerdos veraniegos y esperanza de próximas escapadas.

Se acordaron de mí

Debería haberlo hecho la semana pasada, pero no he tenido demasiado tiempo libre. Por ello, os pido perdón. Primero, quiero agradecer  a Nelly de "Los Silencios de Nelly" por concederme el Premio "Flor Naranja". Para mí ha sido una grata sorpresa, no esperaba haberme hecho un huequecito tan pronto en este mundo. También, quiero aprovechar para agradecer a María de "Árbol de Luz" por concederme un dulce premio (mmm, ¡qué rico!). Muchísimas gracias por acordarte de mí.  Sólo espero que sigáis disfrutando de mis entradas y que a través de ellas, os provoque alguna sensación. En mi siguiente post, indicaré mis seleccionados para que disfruten de estos premios como estoy haciendo yo. PD: Si me he olvidado de algún premio (tenga esa sensación), por favor, decirlo y lo posteo. Gracias. Beijinhos.

Querido diario

Querido diario, Hoy venía desarreglado, como si no hubiera tenido tiempo a arreglarse. Tal vez, se haya desnudado para otra. Aunque eso ya no me importa. Hace tiempo que sus aventuras dejaron de importarme, y sin embargo, no consigo escapar de aquí. Parece que este maldito anillo bloquea mis fuerzas, mi voluntad. Hace tiempo que dejé de existir. Ya no existe la Aurora de antes o, por lo menos, hace tiempo que dejé de reconocerme frente al espejo. También dejé de buscar mi reflejo porque odiaba lo que en él veía.  Al principio, te culpabilizas por la situación. Te convences a ti misma que aquello es pasajero, que ha sido un hecho aislado, producto del stress, de la tensión o de cualquier otra cosa nimia que en aquel momento te parece lo más grande del mundo. Pero se repite una y otra vez. En cualquier momento. En cualquier situación. Cualquier día. Intentas prepararte, como si fuera necesario un ejercicio de meditación para calmar su ira, aunque el ejercicio lo hacía yo. Mi i...