Echaba la vista atrás y recordaba aquellas tardes de batidos y compenetración. Ya sólo quedaba el humo de aquellos recuerdos. Habían desaparecido las confidencias, las miradas cómplices. Ahora sólo tenía las viejas experiencias de juventud vividas. Le dolía aquella pérdida, aquella complicidad de amistad entre adolescentes. Ahora se han convertido en dos conocidas donde prima la educación y lo correcto, pero ya no existe la amistad. Los años taparon de polvo los lazos entre las dos. Ya no hay tardes de compras ni de risas. Sólo queda el vacio. Ahora, busca tapar esa falta con una nueva amistad, díficil de crear sin aventuras de juventud vividas. Esperar que la vida le devuelva aquella vieja sensación escondida en el margen del recuerdo.
Me hubiera gustado dejar algún texto, pero el día no ha sido muy bueno. La verdad es que hay días que sería mejor no levantarse. Os dejo por unos días. Voy a perderme entre playas y bosques, ruinas de otros tiempos, pasadizos a otros mundos, atardeceres con ojos a medio abrir y, tal vez, locuras de corazón. Espero volver con aires renovados, inspiración a borbotones y medias sonrisas sin descubrir. Besos a tod@s. Entrad en septiembre con recuerdos veraniegos y esperanza de próximas escapadas.
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Confesó