Te
propongo un trato.
Sin
nombres.
Sin
promesas.
Sin
temores ni salidas a toda prisa.
Yo
juego a perderme entre tus piernas, a cincelar con mis uñas tus
pectorales.
Tú
juegas a quererme cada noche y a olvidarme en el desayuno.
Quiero
enamorarme de tus lunares y que tú enloquezcas entre los rizos de mi
pelo.
Mis
muñecas entre tu mano. Tus dedos en mi pezón derecho. Erizado.
Mordisqueado.
Suave.
Delicado.
Te
propongo que hoy nos descubramos sin amores ni engaños.
Quiero
mis gemidos subyugados por tu boca.
El
aire de tus pulmones erizando mis labios.
Te
propongo un trato.
Olvida
lo que has aprendido, los cuerpos que siempre fueron los últimos,
los
labios que se agotaron sin apenas uso,
las
lenguas que no encajaron.
Olvídalo
y descúbreme.
Sacude
mis huesos, destensa mis músculos, penetra mi cuerpo con sosiego.
Una
primera vez de dos locos enamorados. O solo dos cuerdos invadidos de
locura.
Enamorados del sexo.
Del
amor hablamos entre susurros, cuando mi cuerpo repose sobre el
tuyo...agitados, sudorosos, nerviosos.
Te
aseguro que ya habrá ratos de destrozarnos la ropa, desgarrarnos la
piel, enrojecernos los labios.
Te
propongo un rato. Follemos hasta enamorarnos.
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Confesó