Ir al contenido principal

Atea


Llenaste mis oídos de palabras prometidas.
Cubriste mi mirada de sonidos acaramelados. 
Observaste mi debilidad cual delineante de una arquitectura inventada. 
Buscaste mi cuerpo bajo tu soledad.
Satisficiste tu calor con mis dulces caricias.
Entregaste tu noche como si no existiera otra.

Escuché promesas que yo nunca solicité.
Dibujé mejillas sonrojadas ante letras inesperadas.
Mostré mi sueño desnudo al calor de tu piel.
Cubrí tu soledad creyendo que también era mía.
Unas noches yo fui la protagonista, otras fueron otros.
Ignoré el tiempo entre el vaivén...

Ahora, soy atea de las palabras.
Atea de gestos creados en cada ocasión.
Atea de sonrisas de seducción.
Atea de despertares compartidos.
Atea de la sinceridad sin decorado.
Atea de una realidad inventada entre tú y yo.
Atea de que existas tú...


Comentarios

  1. Por eso hay que tener las ideas claras y el corazón sereno.
    (Me alegra volver a leerte)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No hubiera encontrado palabras más indicadas que las tuyas. Me alegro de que estés al otro lado. Abrazos.

      Eliminar
  2. Me encanta, es estupendo seguir disfrutando con lo que escribes, transmites puro sentimiento. Sólo espero que el ateismo se convierta en agnosticismo ;)

    ResponderEliminar
  3. Aunque a veces se escribe más para una misma que para el resto (tú ya sabes como funciona esto), es muy emotivo y especialmente viniendo de ti. Alegra saber que aún quedáis un par al otro lado. Un abrazo, niña.

    ResponderEliminar
  4. Leer algo tan lleno de sentimiento que te lleva de la sonrisa a la incredulidad solo es posible si alguien ha hecho magia con las palabras.
    Siempre es un placer leerte ;)
    Me alegra muchísimo haber vuelto y encontrarte.

    ResponderEliminar
  5. Al leer tu comentario me quedé sin palabras, la verdad. Conseguir que las palabras os transmitan sentimientos, emociones, es lo máximo que se puede pedir. Muchísimas gracias por estar ahí y por regresar. ;)

    ResponderEliminar
  6. Ya se sabe: el poder del desamor.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  7. A veces es mejor dejar que hablen sólo los hechos :)

    ResponderEliminar
  8. eres poeta
    cuando te metes a jugar con las letras

    ResponderEliminar
  9. No me puede gustar más esta maldita forma que tienes de escribir. En serio. Si quieres también puedes seguirme en twitter (@maay_gt)

    Un abrazo.

    http://elchicodelmetro.blogspot.com/

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Confesó

Entradas populares de este blog

Sin definir

Me hubiera gustado dejar algún texto, pero el día no ha sido muy bueno. La verdad es que hay días que sería mejor no levantarse. Os dejo por unos días. Voy a perderme entre playas y bosques, ruinas de otros tiempos, pasadizos a otros mundos, atardeceres con ojos a medio abrir y, tal vez, locuras de corazón. Espero volver con aires renovados, inspiración a borbotones y medias sonrisas sin descubrir. Besos a tod@s. Entrad en septiembre con recuerdos veraniegos y esperanza de próximas escapadas.

Se acordaron de mí

Debería haberlo hecho la semana pasada, pero no he tenido demasiado tiempo libre. Por ello, os pido perdón. Primero, quiero agradecer  a Nelly de "Los Silencios de Nelly" por concederme el Premio "Flor Naranja". Para mí ha sido una grata sorpresa, no esperaba haberme hecho un huequecito tan pronto en este mundo. También, quiero aprovechar para agradecer a María de "Árbol de Luz" por concederme un dulce premio (mmm, ¡qué rico!). Muchísimas gracias por acordarte de mí.  Sólo espero que sigáis disfrutando de mis entradas y que a través de ellas, os provoque alguna sensación. En mi siguiente post, indicaré mis seleccionados para que disfruten de estos premios como estoy haciendo yo. PD: Si me he olvidado de algún premio (tenga esa sensación), por favor, decirlo y lo posteo. Gracias. Beijinhos.

Querido diario

Querido diario, Hoy venía desarreglado, como si no hubiera tenido tiempo a arreglarse. Tal vez, se haya desnudado para otra. Aunque eso ya no me importa. Hace tiempo que sus aventuras dejaron de importarme, y sin embargo, no consigo escapar de aquí. Parece que este maldito anillo bloquea mis fuerzas, mi voluntad. Hace tiempo que dejé de existir. Ya no existe la Aurora de antes o, por lo menos, hace tiempo que dejé de reconocerme frente al espejo. También dejé de buscar mi reflejo porque odiaba lo que en él veía.  Al principio, te culpabilizas por la situación. Te convences a ti misma que aquello es pasajero, que ha sido un hecho aislado, producto del stress, de la tensión o de cualquier otra cosa nimia que en aquel momento te parece lo más grande del mundo. Pero se repite una y otra vez. En cualquier momento. En cualquier situación. Cualquier día. Intentas prepararte, como si fuera necesario un ejercicio de meditación para calmar su ira, aunque el ejercicio lo hacía yo. Mi i...