Le había cogido sentada en el baño.
Estaba relajada, haciendo algo de fuerza y pensando en mil asuntos distintos
cuando llegó ese mensaje. Ese mensaje que ojalá-pensaba-nunca lo hubiera leído.
Ahora sólo podía afrontarlo. No paraba de pensar, ¡a mí ahora me viene con éstas! ¡Cómo sino
tuviese suficiente ya con mi puto caos para venir a complicarme de nuevas!
Ahora digo adiós, ahora regreso. ¡Pero qué se cree que soy un parabrisas!, así
de indignada se mostraba Diana mientras hablaba en voz alta para sí misma. Menos mal que estaba obligada a tener postradas sus posaderas, duras de dos
horas de gimnasio diarias, que si no ya habría perforado hasta el vecino del
tercero. Sí, ése que, a pesar de estar casado y ser padre de dos niños, no para
de mirarle las tetas en el ascensor, que algún día el babero se lo quita al
bebé y se lo pone a él.
¡Veinte y seis días!, ¡veinte y seis!, repetía ella. Desde que
me dijo que nuestros caminos tenían que separarse. ¿Y yo qué hice, eh? ¿Qué
hice?, se pregunta cómo esperando una respuesta desde el otro lado del espejo,
el lado de una Diana razonable, lógica, coherente, no como la que se encuentra
sentada en el wáter con el Iphone en la mano y un cigarro en la otra,
totalmente perdida. Pues, aquí estoy; veinte y seis días controlando mi puta
impaciencia, mi impulsividad con tal de darle su espacio, de respetar su
decisión. Y ahora a través de una mierda de mensaje me dice, ¿o todo o nada?,
¿sabe él acaso si yo estoy preparada para el TODO?, ¿qué carajos es el TODO
para él? Su falta de palabras me desespera, me desconcierta, se dice ella
ahogando su voz con el sonido de la cadena evacuando la desesperación, la
incertidumbre.
Bueno, emperezaremos con un buen helado de chocolate y después
ya veré..............
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NOTA: Las cuatro primeras líneas han sido el ejercicio del Taller de Escritura Creativa de hoy. Con ellas hemos tenido que desarrollar una historia; la mía es la que aquí os presento. Algo distinto.
Me encanta la creación literaria pero no pòseo el don necesario. Tu tienes que seguir con ello, lo haces muy bien, eres ingeniosa. Hice mis pinitos en un taller literario de la Librería Fuentetaja. Un día igual podemos hacer algún experimento de escritura conjunta, entre los dos o con algún otro bloguero.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias por tus palabras. Me parece una buena propuesta; sería un nuevo reto y eso siempre resulta interesante. ;)
Eliminar¡Qué guay debe de ser el taller de escritura creativa! La verdad es que la situación planteada por más cotidiana que pueda ser resulta inusual en la literatura y eso me gusta.
ResponderEliminarPor otra parte no me gusta nada, y esto es una valoración puramente personal, que se nombren marcas comerciales en los textos. Sé que es una tontería pero ver Iphone ahí (como cualquier otra marca) me chirría mucho y no porque no me gusten sino porque a mi modo de ver queda mejor no mencionarlas y utilizar el nombre genérico (teléfono móvil).
Por lo demás está bien, es curioso, pero resulta una escena muy cotidiana y natural.
¡Un beso!
La verdad es que es una experiencia y una motivación porque me desmuestro que soy capaz de sacar cosas cuando menos espero.
EliminarCon respecto a tu observación, no te lo discuto; fue más por costumbre que por otro motivo. Gracias por pasarte. ;)
Al menos acaba en parte aliviado.
ResponderEliminar:)
Curioso relato.
Todo tiene un lado positivo. A veces hay que arriesgar con lo diferente....;) Besos
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