Tal vez esto
no sea más que una parafullada que no lleve a ninguna parte. El sueño de un
desconocido trasladado a palabras y susurrado en la cola del metro. A veces es
más fácil aprender de aquellos que son ajenos a nosotros que de nosotros
mismos. Tratamos de establecer distancias, probablemente porque creemos que es
lo que la otra persona necesita, aunque en el fondo, debemos reconocer que se
trata de una norma que interiorizamos para poder avanzar, superar ese bache que
nos ha preparado la vida en el camino. Las distancias son necesarias en algunas
ocasiones; para superar un proceso de pérdida doloroso o para comprobar si la
decisión que has tomado anteriormente será o no definitiva. En ocasiones,
optamos por marcar kilómetros, no se sabe si porque creemos que es lo que la
otra persona necesita o simplemente porque no tenemos la valentía de afrontar
la realidad, ya sea con nosotros mismos, o frente a él o ella. El dolor es un
proceso de alteración inesperado e inevitable, que se escapa a nuestro control,
por lo que, aún tratando de evitarlo, acabamos haciendo que el sufrimiento sea
mayor al no ser conscientes de nuestra propia realidad y de no comunicar ésta a
la otra persona. Y la única forma de ir aprendiendo son las caídas en los
charcos, por eso de que además nos gusta revolcarnos en nuestra propia
"desgracia"; y recuerden nunca viene mal un poco en el cutis, que
ahora cualquier cosa empieza a quitarles años. Sé que he usado la palabra
"desgracia" con demasiada ligereza, pero hundan su mundo, quiten las
baldosas amarillas y ahora díganme, ¿cómo calificarían su existencia? Ustedes,
chicos, ahogando penas frente a botellines de cerveza ya vacíos y acumulados a
la pata del sillón. Pero no creamos que nosotras, chicas, seríamos muy
diferentes, porque habríamos perdido la cuenta de los litros de helado o número
de tabletas que habrían pasado por nuestras manos mientras balbuceábamos
recuerdos que se clavaron como espinas, que ni el más experto en lenguas
internacionales sería capaz de interpretarnos.
Y, como
alguien dice, nuestra única defensa es decir "estoy bien como estoy",
aunque en el fondo sólo sea una excusa frente a quienes nos rodean. ¿Y, tú, que
estás leyendo estos párrafos, es una forma de autoconvencerte u otra huída que apuntar
a tu lista? En fin, les dejo como este video que apareció por casualidad, como
las buenas cosas de la vida: Stai Bene Come Stai
Siento las
divagaciones de fin de semana que no atraviesan el umbral.
Estoy de acuerdo, yo soy de esas personas que cuando estoy dolorida por algo pongo distancia de por medio, es mi forma de evadirme y evitar que afecte a las personas de mi alrededor... otras veces creo que tomo mi distancia para hacer daño a la otra persona... en fin, me ha encantado tu di divagación.
ResponderEliminarUn beso, buen finde
Todos marcamos distancias en algún momento de nuestra vida, tanto físicas como psicológicas, pero eso no quiere decir que sea la mejor opción, sólo la más fácil. Gracias por pasarte. Beijinhos. :)
ResponderEliminarme has hecho reflexionar...la distancia quizás sea el unico remedio a un corazón entristecido y confuso...
ResponderEliminarsonrisasdearcoiris.blogpsot.com
Creo que todos debemos hacerlo de vez en cuando. A veces es necesario. Beijinhos.
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