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Triste belleza


     Cuando la conocí rozaba los sesenta. En su rostro no había marcas de una belleza juvenil, sin embargo, aquellos ojos marrones, tan intensos, profundos, hacían prever que hubo un tiempo en que fueron bellos, más de los que en ese momento eran capaces de transmitir. Me enseñó sus mejores recuerdos a través de las imágenes tomadas por viejos amantes, de los cuales ahora sólo era capaz de recordar el olor de sus despertares y el sabor de sus lágrimas cuando ella los veía partir de su lado. Aquella mujer solía decir que la lágrima derramada por cada uno de ellos era distinta, como fue el amor que sintió por esos chicos, siempre a su manera. Nunca pudo retenerlos.
       No fue una chica llamativa, aunque ella solía decir que su época más linda fue alrededor de los treinta; será porque fue cuando dejó de ser una niña para empezar a sentirse una mujer. Pero ni aquella mirada penetrante ni la dulzura de sus gestos fueron nunca suficientes para retenerlos a su lado. 
      Ahora su sonrisa se apaga entre vagos recuerdos. Su mirada se pierde entre la multitud desconocida con la secreta esperanza de que algún día uno de aquellos amantes quiera regresar a su lado.

Comentarios

  1. ¡Wow! ¿Dejó de ser niña hasta los 30 años?


    Besazo for you.

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  2. bonita descripción... me gusta, me gusta :D

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  3. Me ha gustado, pero no avistaste tu actualización eh? Pero yo no quiero que lleguen los 30 años eh? me voy a deprimir con los 20, y la verdad, me gusta esto.

    Un abrazo enorme!

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  4. Me ha encantado, es... no sé, no tengo palabras.
    Un Beso :)

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  5. Pobre mujer, ojalá uno de ellos vuelva a su lado y le de luz a su vida :)

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  6. Que hermoso escribes,verdaderamente me llegó!
    genial tu texto,felicitaciones♥
    Un beso muy grande & sigue asi

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  7. Que lindo relato. Muchas personas viven de recuerdos y de lo que fueron. Un beso.

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  8. Escribes muy bien tus relatos,
    un grato placer leerte.
    que tengas una feliz semana.
    un abrazo.

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  9. Gracias a tod@s por los comentarios. Estoy ausente porque mi portátil ha dicho basta, pero espero estar leyendo vuestras entradas en breve. Beijinhos.

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Confesó

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