Ir al contenido principal

Apagando la llama

     Desde fuera sientes como su luz se va apagando, como el atardecer al esconderse tras el horizonte, sólo que tu mirada no es de dulzura, sólo de inmensa tristeza. Los meses han ido pasando entre consultas, médicos, pruebas, esperanza, desconcierto. Los peores temores acaban siendo la realidad más cruel que se presenta ante tus ojos negándose a partir hacia otros mundos. El corazón se debate entre dos sentimientos: la necesidad de un hijo por su madre y su negación ante la vida a renunciar a su pilar, a su sujeción para poder afrontar las adversidades; y, la de un ser humano viendo sufrir a otro y optar porque aquel sufrimiento sea mínimo, efímero. En ese momento, tu corazón susurra hacia dentro, "es hora de dejarla marchar" y tú asumes que ya eres suficientemente adulta para actuar en consecuencia, incluso parece que asientes a tu yo interior. Pero, acéptalo, nunca lo harás. Incluso, después, cuando ya sólo quede su recuerdo, o su olor tras la puerta, sabrás que aún seguirás pensando que al cruzar el umbral ella seguirá estando ahí como si nada hubiera pasado, como si la enfermedad no se hubiera llevado su esencia, como si su sonrisa siguiera iluminando cada rincón de esta casa, hoy tan oscura, tan enferma, tan diferente a ella. 
    Por ello, hoy a su lado debes estar porque en su recuerdo estarán la sonrisa que le dedicaste la primera vez que viste la luz, o aquella mirada de niña perdida cuando te soltó la mano el primer día de cole, o incluso la última vez que entraste por esa puerta llorando porque alguno te rompió el corazón. Aunque ahora sólo veas una mirada perdida en el horizonte que se pierde entre tantos familiares, su horizonte sois vosotros y necesita tu mano para conectar a un tiempo pasado sin esta enfermedad.

Comentarios

  1. Me siento ridículo confiaba que nadie leyera esa caida, por dios parecía un juego... joder pero bueno gracias :) en serio, deberíamos estar m´ñas en contacto en el twitter no? :)

    Tú parece que tambien estas dejando que se escapen sentiemientos.. Sinceramente comparto muchisimo este texto

    ResponderEliminar
  2. No te preocupes. Dudo que hubiera mucha gente a esas horas conectada. La verdad es que no estoy demasiado conectada a la gente, pero se intentará. ;)
    Tengo la inspiración un poco bloqueada; he tenido que buscar bien abajo para obtener algún resultado.

    ResponderEliminar
  3. Uhmm.. se sentia tu ausencia. Qiza sea que no he estado tan conectado del mundo despues de todo. No importa. Me gusta siempre tu trabajo. Es inspirador.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. WOW:) es muy lindo ;) http://bienvenuealenterrement.blogspot.com/2011/03/destino-quien-no-escucho-la-frase-si-el.html#comments

    ResponderEliminar
  5. No me he visto, afortunadamente, en la tesitura de tener que dejar marchar así a alguien tan querido, y espero que tarde lo más posible, dudo que supiera hacerlo. Si ya me cuestan las despedidas a las que todos tenemos que hacer frente a veces, una de este tipo... no quiero imaginarlo.

    Me alegro de leerte y de que encontraras tu inspiración.

    ResponderEliminar
  6. No sé que es peor preparar la ausencia o verse atropellado ppor ella. en mi caso fue lo segundo y no fue un buen trago, admito.

    ResponderEliminar
  7. Muy bonito y melancólico :)
    besos

    ResponderEliminar
  8. Quien la ausencia siente, tiene un corazón enorme. Conozco a gente que olvida a las personas enseguida, y no sufren. Pero entre tú y yo, ¿de qué vale el amor de esas personas?
    Quien siente la ausencia es porque realmente SABE amar. =)

    ResponderEliminar
  9. Nostálgico, me agrada demasiado.
    un beso y un abrazo apretado
    Auf wiedersehen.

    ResponderEliminar
  10. me gusta mucho
    muak
    el gatoconestilo.blogspot.com

    ResponderEliminar
  11. Cada vez que actualizo me da por repasar quien me comentó a ver si han actualizado porque si no en escritorio no me entero. He vuelto a leerte, y en serio, magnifico, sensacional, muy bien expresado. :) Felicidades again

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Confesó

Entradas populares de este blog

Explotemos juntos en alguna ocasión (continuación de "Ni tú pá mi, ni yo pá ti")

Y, de repente, para, se yergue y se distancia de él unos escasos centímetros, que ni el silencio se hubiera atrevido a atravesar. Le mira directamente a los ojos. Ella roza sus propios labios con su lengua para terminar con un pequeño mordisco en el labio inferior, por la parte izquierda de éste. Él se mantiene inalterable en su posición, controlando su deseo por ella, aunque su entrepierna tenga vida propia y roce suavemente el muslo derecho de su enigmática compañera sexual. Ella se inclina sobre él y echa su cálido aliento sobre la fina piel de su cuello provocando que ésta se erice, para terminar con un lametón a la altura de la barbilla. Y sin que ambos se rocen, sus lenguas se acarician atrayéndose entre si para terminar en un apasionado beso, que aunque comienza lento, termina salvaje, ansioso, donde las manos invaden el cuerpo del otro. Él la sube a la altura de su cintura y la penetra fuerte, mientras ella le rodea con sus piernas y su espalda es ahora la que golpea la

Sueños de medianoche

Nos escondimos en aquel viejo cuarto, tras las escaleras de la segunda planta, después de la sala de ordenadores de los de segundo de carrera, ¿te acuerdas? Dos pares de vaqueros tirados sobre el suelo. Mi camiseta sobre el pomo de la puerta. La tuya, sobre la pila de viejas CPU, de una generación ya olvidada. El aire la ondeaba como la bandera de un barco pirata reclamando su territorio. Golpeaste mi espalda contra la puerta, sujetando con firmeza mis brazos por las muñecas, quedando a tu merced. Me clavaste tu mirada con tal intensidad, que aún hoy sólo necesito cerrar los ojos para sentirla sola para mí. Me susurraste al oído derecho que cerrara los ojos y cuando mis párpados se bajaron sentí tus labios recorrer lentamente mi cuello hasta la clavícula, haciendo estremecer todo mi cuerpo. Tu lengua saboreó mis pezones haciéndolos endurecer. Ibas bajando hacia mi ombligo; tus manos acariciaban las curvas de mi cuerpo. Sutilmente retiraste la última pieza que cubría mi cuerpo, quedan

¿Lo probamos?

-¡Chist, calla! -¿Pero esto no lo puedo utilizar? -No, eso tampoco. -Pues, no sé yo si me va a gustar, ¿eh? -Déjame a mí y verás como te gusta. Colócate ahí.  -¿Dónde pongo las manos? - Tus manos irán agarradas a este par de pañuelos negros. ¿Te aprietan? -No, así están bien. Lo has hecho para evitar que te toque. -No. -Ah, ¿no? ¿Y entonces por qué ha sido? -Para que tú no evites que deje de tocarte a ti. -Te aseguro que no vas a conseguir mucho sólo con un par de besos. -En ese caso, no te importará que también te ate por los tobillos, ¿verdad? -No conocía este lado tuyo, le dijo él con la mirada traviesa. Mientras ella cerraba el nudo del tobillo derecho, levantó su mirada hacia él y sin nombrar palabra, continuó con el tobillo izquierdo. -Ahora sí cumplirás la norma, sentenció ella. Sólo había una, la única era dar placer sólo a través de los labios. Estaba prohibido el uso de cualquier otra parte de