Imagino que como la de cualquiera. Trabajar, ver tv, navegar por internet, leer, ir al gym (esto depende del mes. Creo que debería buscar una compañera de gym, sería más motivador), visitar a mi madre. Lo normal, vamos.
Y, de repente, para, se yergue y se distancia de él unos escasos centímetros, que ni el silencio se hubiera atrevido a atravesar. Le mira directamente a los ojos. Ella roza sus propios labios con su lengua para terminar con un pequeño mordisco en el labio inferior, por la parte izquierda de éste. Él se mantiene inalterable en su posición, controlando su deseo por ella, aunque su entrepierna tenga vida propia y roce suavemente el muslo derecho de su enigmática compañera sexual. Ella se inclina sobre él y echa su cálido aliento sobre la fina piel de su cuello provocando que ésta se erice, para terminar con un lametón a la altura de la barbilla. Y sin que ambos se rocen, sus lenguas se acarician atrayéndose entre si para terminar en un apasionado beso, que aunque comienza lento, termina salvaje, ansioso, donde las manos invaden el cuerpo del otro. Él la sube a la altura de su cintura y la penetra fuerte, mientras ella le rodea con sus piernas y su espalda es ahora la que golpea la
Yo también vivo en Cáceres ^^.
ResponderEliminarLa imagen de la cabecera me encanta ^^
Besos de letras con Tinta (^_^)
Yo no tengo fuerza para ir al gym y lo terribles, es que se le recomienda a todos los pacientes hacer ejercicios hahaha.
ResponderEliminarMama insiste con el gym. Erika, insiste con que engorde. Papa, el piensa en como generar mas dinero. Mis hermanas: sin comentarios.
ResponderEliminarNo tenemos una vida muy distinta, al fin y al cabo.
Abrazos.