Ir al contenido principal

Anuncio pre-navideño


            Se busca chico atractivo que no sepa que lo es porque seamos realistas los que saben que lo son no están alcance de cualquiera o abren la boca y dejan de interesarte. Un poco loco y borde, sin llegar a ser gilipollas. Requisito imprescindible que le guste leer, en mayor o menor medida. Hay mujeres que dicen que esto no existe. Yo sigo creyendo en los casos raros. Deberá darlo todo, porque las medias tintas es perder el tiempo. Si no quieres estar aquí, no haces falta. Se prefiere independiente a bombardeo de mensajes, noticias o cualquier otra vía existente. Si queremos saber qué hace alguien en todo momento, estaríamos enganchadas a Telecinco. Ya sabemos que lo del trabajo ahora está un poco jodido, pero, por favor, los calienta sillones y "dedimandos" que se abstengan. Si tu ropa te la compra tu madre o no sabes qué es visitar una tienda dos veces por año, también puedes olvidarte. Reconozcámoslo, seamos más o menos feos, queremos al lado a alguien que se cuide, se preocupe de su imagen, porque eso ayudará que nosotras nos cuidemos más. Deportistas punto extra. Superdeportistas punto negativo que luego nos sentimos mal porque no nos cuidamos tanto. Somos así. Yo ya lo tengo asumido. Vosotros deberíais empezar a hacerlo. Hay más, pero reconozcámoslo, el 50 % habrá dejado de leer en el cuarto párrafo. Lo demás ya lo tratamos cara a cara.

            Éste fue el anuncio que Melba decidió publicar dos semanas antes del inicio de las Navidades cansada de ser invitada a cenas y comidas, comidas y cenas y tener que responder siempre que iría sola, como si esto fuera un virus en extinción y ella la única que no hubiera encontrado aún la cura. Siempre las mismas caras, los mismos bares y los mismos ligones que te podían consideran su segunda, cuarta o décima opción, según de mal se hubiera dado la noche. Y una vez más, el vestido negro tirado en el suelo del vestidor y los zapatos de tacón descansando en la entrada. Conversaciones sin aliciente. Sonrisas forzadas. Mentiras disculpadas y salidas huidizas apoyadas en que una del grupo desconocía el camino a casa.

Dos días llevaba el anuncio publicado y no había obtenido ningún mensaje.  Las 3.43 de la mañana del viernes antes de las fiestas. Melba intentaba conciliar un sueño que decidió perderse entre los gritos de los de arriba o de los de abajo, ya había perdido la cuenta. Su teléfono se iluminó.

La primera y única respuesta llegó.

            Respuesta: Yo busco mujer con curvas pero bien distribuidas. Por supuesto, si están todas en la parte superior, punto extra. No es necesario que haga ejercicio, ya lo haremos juntos. Abstenerse enamoradas “perdías” y recién dejadas; no soy psicólogo, si queréis uno, seguro que tenéis unos cuantos amigos de esos que están siempre ahí para escucharos, hasta que, ¡coño!, alguno de ellos tiene valentía y os dice que lleva años aguantando vuestras lágrimas derramadas por Luis, por Alberto,  porque SÍ está enamorado de vosotras. ¡SURPRISE! Reconocerlo, en el fondo lo sabíais pero os jodía admitirlo. Por supuesto, me gusta que se cuide, que se vista (aunque estando conmigo la preferiré siempre desnuda) y que tenga hobbies, pero eso ya lo iremos viendo.

            Melba se queda perpleja porque esperaba una respuesta, no un anuncio de cómo un tío busca chicas, así que algo indignada le escribe.

            Disculpa, esto es para responder a mi anuncio, si quieres poner uno, es en la página principal de la sección. Y, si las buscas con tetas, asegúrate que sean reales, no vayas a decepcionarte en el momento clave.

            Respuesta: Mi anuncio está puesto en el lugar correcto. Sólo pedías sin ofrecer nada, así que me tocaba pedir a mí para ver si tú cumplías mis demandas. Si es así hacemos trato. Y ya te diré si decepcionas cuando te vea.

            Ponía abstenerse gilipollas. Gracias.

            Respuesta: Yo prefiero llamarme satírico nivel extremo. Con tu anuncio de exigencias “para mí las quisiera yo” ninguno más se ha atrevido a contestar. Puedes considerarme tu único candidato o tu mejor candidato, lo que importa es el resultado.
 



Comentarios

  1. Tu historia me ha parecido muy divertida y con ese punto irónico que sólo se encuentra en personas con inteligencia y con espontaneidad. Punto extra!

    Feliz año!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por tus palabras. Son muy halagadoras. Me alegra verte por aquí. ¡Feliz Año Nuevo!

      Eliminar
  2. Me parece un relato muy bueno. Desde que comienzas mantiene el interés hasta la moraleja final.
    En cuanto al tema, abordado con mucha gracia, con el amor ocurre como con la fortuna: no gustan de que corran en su seguimiento.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Pitt. Me alegro de que te haya gustado y de verte por aquí, por supuesto. ¡Cuánto más se busca, más se esconde! ;)

      Eliminar

Publicar un comentario

Confesó

Entradas populares de este blog

Explotemos juntos en alguna ocasión (continuación de "Ni tú pá mi, ni yo pá ti")

Y, de repente, para, se yergue y se distancia de él unos escasos centímetros, que ni el silencio se hubiera atrevido a atravesar. Le mira directamente a los ojos. Ella roza sus propios labios con su lengua para terminar con un pequeño mordisco en el labio inferior, por la parte izquierda de éste. Él se mantiene inalterable en su posición, controlando su deseo por ella, aunque su entrepierna tenga vida propia y roce suavemente el muslo derecho de su enigmática compañera sexual. Ella se inclina sobre él y echa su cálido aliento sobre la fina piel de su cuello provocando que ésta se erice, para terminar con un lametón a la altura de la barbilla. Y sin que ambos se rocen, sus lenguas se acarician atrayéndose entre si para terminar en un apasionado beso, que aunque comienza lento, termina salvaje, ansioso, donde las manos invaden el cuerpo del otro. Él la sube a la altura de su cintura y la penetra fuerte, mientras ella le rodea con sus piernas y su espalda es ahora la que golpea la

Sueños de medianoche

Nos escondimos en aquel viejo cuarto, tras las escaleras de la segunda planta, después de la sala de ordenadores de los de segundo de carrera, ¿te acuerdas? Dos pares de vaqueros tirados sobre el suelo. Mi camiseta sobre el pomo de la puerta. La tuya, sobre la pila de viejas CPU, de una generación ya olvidada. El aire la ondeaba como la bandera de un barco pirata reclamando su territorio. Golpeaste mi espalda contra la puerta, sujetando con firmeza mis brazos por las muñecas, quedando a tu merced. Me clavaste tu mirada con tal intensidad, que aún hoy sólo necesito cerrar los ojos para sentirla sola para mí. Me susurraste al oído derecho que cerrara los ojos y cuando mis párpados se bajaron sentí tus labios recorrer lentamente mi cuello hasta la clavícula, haciendo estremecer todo mi cuerpo. Tu lengua saboreó mis pezones haciéndolos endurecer. Ibas bajando hacia mi ombligo; tus manos acariciaban las curvas de mi cuerpo. Sutilmente retiraste la última pieza que cubría mi cuerpo, quedan

¿Lo probamos?

-¡Chist, calla! -¿Pero esto no lo puedo utilizar? -No, eso tampoco. -Pues, no sé yo si me va a gustar, ¿eh? -Déjame a mí y verás como te gusta. Colócate ahí.  -¿Dónde pongo las manos? - Tus manos irán agarradas a este par de pañuelos negros. ¿Te aprietan? -No, así están bien. Lo has hecho para evitar que te toque. -No. -Ah, ¿no? ¿Y entonces por qué ha sido? -Para que tú no evites que deje de tocarte a ti. -Te aseguro que no vas a conseguir mucho sólo con un par de besos. -En ese caso, no te importará que también te ate por los tobillos, ¿verdad? -No conocía este lado tuyo, le dijo él con la mirada traviesa. Mientras ella cerraba el nudo del tobillo derecho, levantó su mirada hacia él y sin nombrar palabra, continuó con el tobillo izquierdo. -Ahora sí cumplirás la norma, sentenció ella. Sólo había una, la única era dar placer sólo a través de los labios. Estaba prohibido el uso de cualquier otra parte de