Ir al contenido principal

Email devuelto (reeditada)



No sé si estas palabras cumplirán su fin, el de llegar a ti. Acabo pidiendo disculpas tantas veces sin ni quisiera llegar a saber en qué me he equivocado; por tu parte, tú siempre estás aclarando demasiadas cosas. No es que yo quisiera acusarte de nada, pero las inseguridades se apoderan de mí y es más fácil estar en la parte negativa del asunto, aunque el fondo se esconda en mí un pequeño resquicio de positivismo.
Siempre te he dicho que para que la comunicación sea efectiva es necesario que seamos dos; por ello, ése es nuestro problema, no habernos sentados y haber mostrados nuestras cartas, sin reproches ni acusaciones. Ambos somos demasiado adultos para escondernos como chiquillos. Diferenciar el sexo del amor no sólo es cosa de la edad. Pero nunca supe en cuál de los dos lados estabas o si realmente querías los dos.
Tantas idas y venidas; verdades a medio confesar, jugueteos mostrados en todo su esplendor. Todo aquello fue verdad. Me hiciste sentir que lo fue. No me digas que estoy equivocada. Entonces, por qué ahora ya no estás. Abandonas mi mundo sin ni quisiera una nota de despedida en mi puerta, a la que tantas veces llamaste para entrar. Ni una dirección. Ni un teléfono. Sólo un cuerpo que se adentraba en mi cama cada noche buscando el calor de mi cuerpo desnudo. Un nombre sin identificar que se adueña de mi mente.
¿Qué hice mal?
¿Por qué ya no estás?
¿Dónde has ido?
Las lágrimas ruedan por sus mejillas mientras introduce cada una de estas palabras, tal vez porque sabe que esta vez ella no esperará una respuesta que nunca va a llegar.
-------------------------------
Este email se visualizó en la pantalla del ordenador portátil de la víctima, que se arrojó del Mirador de la ciudad, a la misma hora que el sol comenzaba a despertar. Sin embargo, se pudo comprobar que nunca llegó a su destinatario, tal vez porque éste prefirió desconocer el triste final de esta historia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin definir

Me hubiera gustado dejar algún texto, pero el día no ha sido muy bueno. La verdad es que hay días que sería mejor no levantarse. Os dejo por unos días. Voy a perderme entre playas y bosques, ruinas de otros tiempos, pasadizos a otros mundos, atardeceres con ojos a medio abrir y, tal vez, locuras de corazón. Espero volver con aires renovados, inspiración a borbotones y medias sonrisas sin descubrir. Besos a tod@s. Entrad en septiembre con recuerdos veraniegos y esperanza de próximas escapadas.

Se acordaron de mí

Debería haberlo hecho la semana pasada, pero no he tenido demasiado tiempo libre. Por ello, os pido perdón. Primero, quiero agradecer  a Nelly de "Los Silencios de Nelly" por concederme el Premio "Flor Naranja". Para mí ha sido una grata sorpresa, no esperaba haberme hecho un huequecito tan pronto en este mundo. También, quiero aprovechar para agradecer a María de "Árbol de Luz" por concederme un dulce premio (mmm, ¡qué rico!). Muchísimas gracias por acordarte de mí.  Sólo espero que sigáis disfrutando de mis entradas y que a través de ellas, os provoque alguna sensación. En mi siguiente post, indicaré mis seleccionados para que disfruten de estos premios como estoy haciendo yo. PD: Si me he olvidado de algún premio (tenga esa sensación), por favor, decirlo y lo posteo. Gracias. Beijinhos.

Querido diario

Querido diario, Hoy venía desarreglado, como si no hubiera tenido tiempo a arreglarse. Tal vez, se haya desnudado para otra. Aunque eso ya no me importa. Hace tiempo que sus aventuras dejaron de importarme, y sin embargo, no consigo escapar de aquí. Parece que este maldito anillo bloquea mis fuerzas, mi voluntad. Hace tiempo que dejé de existir. Ya no existe la Aurora de antes o, por lo menos, hace tiempo que dejé de reconocerme frente al espejo. También dejé de buscar mi reflejo porque odiaba lo que en él veía.  Al principio, te culpabilizas por la situación. Te convences a ti misma que aquello es pasajero, que ha sido un hecho aislado, producto del stress, de la tensión o de cualquier otra cosa nimia que en aquel momento te parece lo más grande del mundo. Pero se repite una y otra vez. En cualquier momento. En cualquier situación. Cualquier día. Intentas prepararte, como si fuera necesario un ejercicio de meditación para calmar su ira, aunque el ejercicio lo hacía yo. Mi i...