Ir al contenido principal

¿Dulce pesadilla?

       Esa noche estaba cansada, por lo que decidí reposar mi cuerpo sobre el colchón, cubierta por un suave y ligero edredón. Aún conservaba las sábanas de seda, recuerdo de las noches de pasión del pasado fin de semana. Acostumbro a cambiar las sábanas todos los viernes. Es más divertido jugar a encontrarnos entre frías sábanas de seda, donde nuestros cuerpos resbalan continuamente, jugando a un pilla-pilla de minúsculas dimensiones.
Esa noche me encontraba perezosa, por tanto, no mostré interés en buscar el pijama rojo de manga larga; opté por el camisón transparente de color negro, regalo de un viejo amigo del viejo continente. Creo que primero cerré mis ojos para luego cerrar mi mente, abriéndola así a nuevas experiencias e ilusiones que cada noche el subconsciente osaba regalarme. Mi cuerpo libre de presiones, mi mente libre de ataduras sociales. Así fue como entre medio sueños, medio fantasías, sentí mi boca humedecer mis labios. Intuía cada movimiento de mi cuerpo al rozar la seda, como éste se estremecía al sentir su frescor. Tal vez eras tú quien ocupaba mi mente, mis deseos de aquel momento. Mis movimientos se llenaron de sensualidad, como una vedette subida al escenario del Moulin Rouge. Sentía tu mirada sobre cada uno de mis gestos. Mi delicada mano te regaló una suave caricia de mis muslos, pequeños reflejos del sol de verano, ahora ya olvidado. Rocé mis prominentes pechos entre sí, provocando la envidia de mis manos, abandonas a su suerte bajo la almohada blanca de plumas. La mano izquierda, osadamente, penetro entre mis muslos, calientes de pasión, para regalarme un momento de excitación. Tú en mi mente, yo sobre mi propio cuerpo. Mis facciones se relajaron, brillaron como la solitaria estrella en una noche triste, ansiosa por atraer hacía sí a sus amantes. Mi mente se abandonó, sólo que esta vez, sólo necesitaba descansar. Hasta mañana, te susurraron mis labios.

Comentarios

  1. Sensual :D
    pero ese tipo de momentos son mejores compartidos!!
    Sldss!!

    ResponderEliminar
  2. YO tengo una duda! tu blog son 4 letras!? CUALEEES XDD

    ResponderEliminar
  3. Unas sábanas de seda, la disposición a dejar fluir y la imaginación bastan en esto. Y de lo primero no estoy seguro. :) Placer, sensualidad, intimidad. Besos!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Confesó

Entradas populares de este blog

Sin definir

Me hubiera gustado dejar algún texto, pero el día no ha sido muy bueno. La verdad es que hay días que sería mejor no levantarse. Os dejo por unos días. Voy a perderme entre playas y bosques, ruinas de otros tiempos, pasadizos a otros mundos, atardeceres con ojos a medio abrir y, tal vez, locuras de corazón. Espero volver con aires renovados, inspiración a borbotones y medias sonrisas sin descubrir. Besos a tod@s. Entrad en septiembre con recuerdos veraniegos y esperanza de próximas escapadas.

Se acordaron de mí

Debería haberlo hecho la semana pasada, pero no he tenido demasiado tiempo libre. Por ello, os pido perdón. Primero, quiero agradecer  a Nelly de "Los Silencios de Nelly" por concederme el Premio "Flor Naranja". Para mí ha sido una grata sorpresa, no esperaba haberme hecho un huequecito tan pronto en este mundo. También, quiero aprovechar para agradecer a María de "Árbol de Luz" por concederme un dulce premio (mmm, ¡qué rico!). Muchísimas gracias por acordarte de mí.  Sólo espero que sigáis disfrutando de mis entradas y que a través de ellas, os provoque alguna sensación. En mi siguiente post, indicaré mis seleccionados para que disfruten de estos premios como estoy haciendo yo. PD: Si me he olvidado de algún premio (tenga esa sensación), por favor, decirlo y lo posteo. Gracias. Beijinhos.

Querido diario

Querido diario, Hoy venía desarreglado, como si no hubiera tenido tiempo a arreglarse. Tal vez, se haya desnudado para otra. Aunque eso ya no me importa. Hace tiempo que sus aventuras dejaron de importarme, y sin embargo, no consigo escapar de aquí. Parece que este maldito anillo bloquea mis fuerzas, mi voluntad. Hace tiempo que dejé de existir. Ya no existe la Aurora de antes o, por lo menos, hace tiempo que dejé de reconocerme frente al espejo. También dejé de buscar mi reflejo porque odiaba lo que en él veía.  Al principio, te culpabilizas por la situación. Te convences a ti misma que aquello es pasajero, que ha sido un hecho aislado, producto del stress, de la tensión o de cualquier otra cosa nimia que en aquel momento te parece lo más grande del mundo. Pero se repite una y otra vez. En cualquier momento. En cualquier situación. Cualquier día. Intentas prepararte, como si fuera necesario un ejercicio de meditación para calmar su ira, aunque el ejercicio lo hacía yo. Mi i...