Ir al contenido principal

Del odio y otros asuntos

        Todos hablan de amor, pero yo quiero hablar de odio. El odio inunda mis ojos, haciéndolos hervir como una cacerola de agua preparada para ser cocinada. Odio conducir en días de lluvia, porque parece que el fin de mundo va a llegar. Calles saturadas de paraguas. Gente oculta tras la máscara de invierno. Coches rebosantes de nervios y velocidad. Odio parar en el semáforo, porque mi vida no puede avanzar. Odio no descubrir cada amanecer y llorar bajo cada anochecer. Odio las amapolas por su simplicidad. Odio el color rojo porque sale a borbotones de mis venas. Odio mi invisibilidad al verme pasar. Odio que mi sombra no me acompañe en días grises. Odio actualizar cada segundo sin saber qué esperar. Odio mi cotidianidad. Odio que el sol enrojezca mi piel. Odio mirar la lluvia caer, golpeando cada cristal. En fin, odio TODO cuando no estás TÚ.



NOTA: La mayor parte de mis entradas son creacciones creadas por mi imaginación, en un afán de evolucionar en mi escritura. No sé si lo consigo, pero agradezco vuestras opiniones.

Comentarios

  1. Demasiado odio ante cosas muy bonitas :P

    ResponderEliminar
  2. Sí que lo consigues,claro que evolucionas y esta entrada a diferencia de otras me ha llegado mucho, ya que a veces acabas odiando todo lo que te gusta, porque te falta la persona con quien compartirlo, y es tan..triste, por así decirlo. u.u (Me identifico tanto..) aix.

    Un beso :)

    ResponderEliminar
  3. Cierto que todo el mundo habla del amor...
    Pero el amor y el odio son hermanos que cambian nuestra forma de ver las cosas.
    Me ha gustado :)

    ResponderEliminar
  4. uf... totalmente de acuerdo con Nelly... cosas k hubiesemos podido amar, se convierten en odiosas cuando hemos dejado de compartirlas... precioso el texto, me ha encantado. kisses!!

    ResponderEliminar
  5. Lo consigues, oh si, y con creces.
    Odiar esta bien, es parte de sentirse vivo. No concuerdo con eso que uno debe vivir sin odios ni rencores para se feliz. ¡Al carajo!... Hay que odiar, llorar, gritar, correr, vivir...
    Escribe y nunca te detengas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. cierto, la gente siempre habla del amor y deja a un lado el odio... un odio que esta y no va a desaparecer. Muchas veces somos simplemente nosotros que no lo queremos ver.
    Un beso y sigue asi, escribes increible.

    ResponderEliminar
  7. a mi eso me pasa a veces...
    hace mucho que no me pasaba por tu blog, esta geniial, escribes muy bien :)
    pasate, hay nueva entrada ^^
    http://charlotte-mrbrightside.blogspot.com

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Confesó

Entradas populares de este blog

Sin definir

Me hubiera gustado dejar algún texto, pero el día no ha sido muy bueno. La verdad es que hay días que sería mejor no levantarse. Os dejo por unos días. Voy a perderme entre playas y bosques, ruinas de otros tiempos, pasadizos a otros mundos, atardeceres con ojos a medio abrir y, tal vez, locuras de corazón. Espero volver con aires renovados, inspiración a borbotones y medias sonrisas sin descubrir. Besos a tod@s. Entrad en septiembre con recuerdos veraniegos y esperanza de próximas escapadas.

Se acordaron de mí

Debería haberlo hecho la semana pasada, pero no he tenido demasiado tiempo libre. Por ello, os pido perdón. Primero, quiero agradecer  a Nelly de "Los Silencios de Nelly" por concederme el Premio "Flor Naranja". Para mí ha sido una grata sorpresa, no esperaba haberme hecho un huequecito tan pronto en este mundo. También, quiero aprovechar para agradecer a María de "Árbol de Luz" por concederme un dulce premio (mmm, ¡qué rico!). Muchísimas gracias por acordarte de mí.  Sólo espero que sigáis disfrutando de mis entradas y que a través de ellas, os provoque alguna sensación. En mi siguiente post, indicaré mis seleccionados para que disfruten de estos premios como estoy haciendo yo. PD: Si me he olvidado de algún premio (tenga esa sensación), por favor, decirlo y lo posteo. Gracias. Beijinhos.

Querido diario

Querido diario, Hoy venía desarreglado, como si no hubiera tenido tiempo a arreglarse. Tal vez, se haya desnudado para otra. Aunque eso ya no me importa. Hace tiempo que sus aventuras dejaron de importarme, y sin embargo, no consigo escapar de aquí. Parece que este maldito anillo bloquea mis fuerzas, mi voluntad. Hace tiempo que dejé de existir. Ya no existe la Aurora de antes o, por lo menos, hace tiempo que dejé de reconocerme frente al espejo. También dejé de buscar mi reflejo porque odiaba lo que en él veía.  Al principio, te culpabilizas por la situación. Te convences a ti misma que aquello es pasajero, que ha sido un hecho aislado, producto del stress, de la tensión o de cualquier otra cosa nimia que en aquel momento te parece lo más grande del mundo. Pero se repite una y otra vez. En cualquier momento. En cualquier situación. Cualquier día. Intentas prepararte, como si fuera necesario un ejercicio de meditación para calmar su ira, aunque el ejercicio lo hacía yo. Mi i...