Decidí salir a tomar algo. En casa me sentía aburrida y necesita algo de emoción, de conversaciones de desconocidos. Fui al nuevo garito que habían abierto. Creaba un ambiente de intimidad, de confesiones a media voz, de locuras a medio hacer. Para evitarme a los típicos moscones que se creen que cada vez que una chica está sola, necesita a un hombre que la entretenga, eché mano a mi netbook. Opté por la mesa del rincón por dos motivos; primero, evitaría los comentarios de "ay, esa pobre chica sola", y dos, tendría una buena perspectiva del personal del local, es decir, de todo aquel tío de buen ver que me pudiera interesar. Pedí un batido natural; una chica segura de sí misma, de su cuerpo, se permite de vez en cuando un capricho calórico sin tener remordimientos, y además era demasiado pronto para beber.
Tras media hora de observar el local, opté por volcarme en mis asuntos personales en la red. Cuando más inmersa estaba, mi móvil parpadeó. El sistema bluetooth detectó otra red. "Alma oscura" quería contactar conmigo. Miré a mi alrededor, pero no vi a nadie que me mirara detenidamente. No suelo aceptar este tipo de cosas, pero esta vez sentí que podría ser divertido. El primer mensaje no tardó en aparecer en la pantalla; "La mezcla de sensualidad y desafío siempre resulta interesante, aunque tus shorts estarían mejor desparramados por el suelo" Quien fuera me estaba mirando o me había visto entrar. Examiné detenidamente todo el local sin resultado. No podía estar lejos porque la red no lo hubiera detectado. Mi respuesta debió de resultarle eterna, porque llegó un segundo mensaje. "Parece que no te resulta fácil ser la seducida y no la seductora, como viene siendo habitual en ti". Siempre me lanzaba a los chicos, porque pocos se atrevían acercarse a mí. Tal vez mi mirada era demasiado agresiva para ellos, estos ojos negros/castaños penetraban más allá de la primera capa de superficialidad; siempre me ha gustado llegar más allá, no quedarme en lo que uno parece. Quien fuera me conocía bastante bien o simplemente me había visto "en acción".
Mi respuesta: -Parece que me conoces muy bien.
Su respuesta: - No tan bien cómo me gustaría. Aunque creo que esa máscara de mujer fatal que tiendes a colgarte no tiene nada que ver con tu verdadero ser.
Mi respuesta: ¿Cómo es mi verdadero ser?, según tú.
Su respuesta: - Eres bastante tímida. Pocos conocen lo que te inquieta, porque siempre llevas esa máscara de tranquilidad sobre tus hombros. Incluso me atrevería a decir que tu complejidad va dando tumbos por tu cabeza. El eterno debate, lo que es y lo que debería ser. Soñadora innata. Algo cabezona, incluso resabidilla en algunas ocasiones. Ojos penetrantes, que espero se posen en mí.
He de reconocer que me quedó perpleja. Necesitaba saber quién era, cómo era, necesitaba más de esa "alma oscura".
El móvil volvió a parpadear. - Parece que he desnudado tu alma. ¿Cuando me dejarás desnudar tu cuerpo?
Busqué palabras que no encontraba. Me sentí perpleja, desnuda ante un desconocido.
Mi respuesta: Soy bastante más complicada que para dejarme seducir en un primer encuentro.
Su respuesta: ¿Me estás pidiendo un segundo encuentro? Pensé que era yo el seductor.
Mi respuesta: Eres tú el que me observa, yo la que se deja observar, desnudar por un desconocido.
Su respuesta: Me tendrás que ofrecer algo para un segundo encuentro.
Quería conocerlo, palpar esa alma. Pero, nunca se lo podía dejar ver.
Las dudas me recorrían el cuerpo, la inseguridad, la fragilidad, estaban presentes en mi cabeza. Me sentía débil ante aquel desconocido. Necesitaba luchar, recuperar mi ser, mi máscara.
Mi respuesta: Te ofrezco mi tiempo. Mañana estaré aquí. ¿Te atreverás a venir o sólo te gusta jugar?
Su respuesta: Hace tiempo que deseo jugar contigo, Mika.
Se desconectó de la red.
Dale... me atrapaste. Jugaste con la seduccion de una manera atipica: desnudando el alma y pretendiendo todo lo contrario.
ResponderEliminarDime.. ¿que pasa despues?..
Estare por aqui, si no te molesta.
Una mezcla explosiva.
ResponderEliminarSeducción, juegos, riesgo...
Me ha encantado.