Ir al contenido principal

¿Por qué lo hacemos?


          Siempre he querido escribir, pero realmente nunca me he puesto a ello. Para ser sincera, mis primeros contactos con la escritura han sido a través de este blog (aunque deja mucho que desear si hablamos de escritura propiamente). Bueno, tuve un intento de escribir un diario durante algún tiempo, pero luego releía mis propios pensamientos y yo misma los debatía. ¡Un fracaso! También tengo una idea en mi cabeza pero aún queda mucho para darle forma. Ahora, leyendo "Los diarios de Carrie" (una lectura fresca viene bien de vez en cuando), me pregunto, ¿cómo se aprende a escribir, a narrar una historia realmente coherente y crear personajes creíbles? (es algo que se pregunta la protagonista y que he trasladado a mí) ¿O hay que escribir mucho y leer mucho para llegar tener algo factible entre las manos? ¿Qué os motivó a vosotros a escribir o desarrollar otra acción artística? Espero que alguien se anime a colaborar en mi duda existencial.

Comentarios

  1. Difícil respuesta a tu pregunta. Yo la verdad no sé que hace falta, yo solo sé que en mi caso es una necesidad escribir y sé que tengo mucho que aprender pero también sé que con fracasos también se aprende, así qué después de escribir diversos relatos cortos el año pasado me decidí a escribir mi primera novela y aun no la termine, demasiadas dudas e inseguridades me rondan. Pero sé que tengo que acabarla y si es mala pediré disculpas al mundo pero es lo que creí que tenía que hacer jeje
    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Yo lo utilizo como vía de escape... como terapia psicológica. Escribo apresuradamente cuando tengo emociones porque en esos momentos es cuando mis creaciones pueden ser como yo, o lo mas cercano posible.

    ResponderEliminar
  3. ¡Bienvenido a mi rincón, Cj Fuentes! Gracias por vuestra opinión. Estoy de acuerdo contigo ¿Princesa?. Yo me siento más inspirada, más creativa en momentos más tensos, más extremos de emociones; parece que estalla la creatividad dentro de mí.

    ResponderEliminar
  4. Hola me encanto tu blog
    me suscribo enseguida
    besiños, nos estamos leyendo

    Bye Fay .·*

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Confesó

Entradas populares de este blog

Explotemos juntos en alguna ocasión (continuación de "Ni tú pá mi, ni yo pá ti")

Y, de repente, para, se yergue y se distancia de él unos escasos centímetros, que ni el silencio se hubiera atrevido a atravesar. Le mira directamente a los ojos. Ella roza sus propios labios con su lengua para terminar con un pequeño mordisco en el labio inferior, por la parte izquierda de éste. Él se mantiene inalterable en su posición, controlando su deseo por ella, aunque su entrepierna tenga vida propia y roce suavemente el muslo derecho de su enigmática compañera sexual. Ella se inclina sobre él y echa su cálido aliento sobre la fina piel de su cuello provocando que ésta se erice, para terminar con un lametón a la altura de la barbilla. Y sin que ambos se rocen, sus lenguas se acarician atrayéndose entre si para terminar en un apasionado beso, que aunque comienza lento, termina salvaje, ansioso, donde las manos invaden el cuerpo del otro. Él la sube a la altura de su cintura y la penetra fuerte, mientras ella le rodea con sus piernas y su espalda es ahora la que golpea la

Sueños de medianoche

Nos escondimos en aquel viejo cuarto, tras las escaleras de la segunda planta, después de la sala de ordenadores de los de segundo de carrera, ¿te acuerdas? Dos pares de vaqueros tirados sobre el suelo. Mi camiseta sobre el pomo de la puerta. La tuya, sobre la pila de viejas CPU, de una generación ya olvidada. El aire la ondeaba como la bandera de un barco pirata reclamando su territorio. Golpeaste mi espalda contra la puerta, sujetando con firmeza mis brazos por las muñecas, quedando a tu merced. Me clavaste tu mirada con tal intensidad, que aún hoy sólo necesito cerrar los ojos para sentirla sola para mí. Me susurraste al oído derecho que cerrara los ojos y cuando mis párpados se bajaron sentí tus labios recorrer lentamente mi cuello hasta la clavícula, haciendo estremecer todo mi cuerpo. Tu lengua saboreó mis pezones haciéndolos endurecer. Ibas bajando hacia mi ombligo; tus manos acariciaban las curvas de mi cuerpo. Sutilmente retiraste la última pieza que cubría mi cuerpo, quedan

¿Lo probamos?

-¡Chist, calla! -¿Pero esto no lo puedo utilizar? -No, eso tampoco. -Pues, no sé yo si me va a gustar, ¿eh? -Déjame a mí y verás como te gusta. Colócate ahí.  -¿Dónde pongo las manos? - Tus manos irán agarradas a este par de pañuelos negros. ¿Te aprietan? -No, así están bien. Lo has hecho para evitar que te toque. -No. -Ah, ¿no? ¿Y entonces por qué ha sido? -Para que tú no evites que deje de tocarte a ti. -Te aseguro que no vas a conseguir mucho sólo con un par de besos. -En ese caso, no te importará que también te ate por los tobillos, ¿verdad? -No conocía este lado tuyo, le dijo él con la mirada traviesa. Mientras ella cerraba el nudo del tobillo derecho, levantó su mirada hacia él y sin nombrar palabra, continuó con el tobillo izquierdo. -Ahora sí cumplirás la norma, sentenció ella. Sólo había una, la única era dar placer sólo a través de los labios. Estaba prohibido el uso de cualquier otra parte de