Ir al contenido principal

Alma oscura


      Siempre me caractericé por ser una persona puntual; mi madre siempre decía que debemos valorar y respetar el tiempo que cualquier persona nos dedica porque somos frágiles como la vida. Sentados en la mesa del rincón, mi netbook, mi móvil, una tetera pequeña con té blanco del Himalaya y yo. Me gustan este tipo de sitios por la variedad de bebidas que acostumbran a tener, igual que variada suele ser la clientela. No como el típico bar de barrio, donde llega a resultar casi ofensivo que una mujer se adentre en los terminales del infierno; alcohol, tabaco y fritanga no es para señoritas de buena familia. Aunque siempre me he preguntado qué significa ser de "buena familia", porque cualquier familia que se tercie tiene sus secretos, sus desvaríos y su oveja negra; aunque se trate de ocultar, la esencia familiar acaba por relevarse. Entre estos desvaríos me encontraban cuando la camarera, típica chica de cara mona, dejó caer una nota. Ni siquiera has empezado a beber, cuando ya te traen la cuenta, pensé. Sin embargo, escrito a mano, con letra redonda y de tamaño mediano, resaltaba: "Es difícil adentrarme en tu mundo si te olvidas el móvil en casa". Lo olvidé. Acostumbro a quitar el volumen al móvil cuando entro en la librería; me gusta perderme entre los tomos, adentrarme en sus mundos, olvidarme de mí, comenzar a ser otra. Sonreí, tal vez como forma de disculpar mi despiste. Allí, parpadeante, estaba "alma oscura" queriendo contactar conmigo. Acepté. Pensé que esta vez, debido a mi descuido, debería ser yo la que entablara la conversación, sin embargo su mensaje no se demoró: 
-Siempre me han gustado las chicas puntuales, las que no te hacen perder el tiempo. Por cierto, ya veo que hoy vienes preparada. ¡Bonita minifalda! Fácil de acceder. 
En un inicio pensé que sólo buscaría un buen polvo, pero ¿desde cuándo los tíos se toman tantas molestias para pasar el rato? Contesté desafiante: Antes de poder acceder a este cuerpo, tendrás que desnudar tu alma. Ataqué con un segundo mensaje: Debo imaginar que nos conocemos ya que sabes demasiado de mí.
Alma oscura: Nunca dije que no nos conociéramos. Mi alma ya está desnuda para ti.
Mika: ¿Soy tu chica frustrada?, ¿buscando venganza por corazones rotos?
Alma oscura:  De nada vale arriesgar cuando sabes que vas a perder. 
Mika: ¿Tan seguro estás ahora de ganar?
Alma oscura: Igual que tu ansia por saber quién soy.
No pude evitar esa media sonrisa; cuando sabes que te están atrapando y no quieres hacer nada por evitarlo.
Alma oscura: Te he buscado en cada mujer que he deseado, que he saboreado, pero no eran como tú. Fáciles de conseguir. Siempre el seducido, nunca el seductor.
Mika: Tengo el privilegio de ser la primera mujer que seduces. ¿Cuántas han besado tus labios antes de que pudieras terminar la frase?
Alma oscura: Eres difícil de convencer.
Mika: He conocido a muchos que tiran de manuales de primaria para seducir. ¿Por qué debo pensar que no eres uno de ellos?
Alma oscura: Si buscara un polvo sin más, ya habría tenido uno con la rubia mona que no para de mirarte porque yo te miro a ti.
Alcé la vista, deseando encontrar esa mirada oscura posada sobre mí, pero se encontraba estratégicamente situado porque no llegué a descubrí ninguna parte de su anatomía.
Pensé mis palabras. Respiré hondo buscando lo adecuado. No lo encontré. Mis pensamientos estaban bloqueados, mis sentimientos, aquellos que un día oculté, salieron sin mi permiso. Un desconocido abrió el candado sin ni siquiera saber dónde lo ocultaba.
Alma oscura: Quisiera desnudar mi alma abrazado a ti, mientras el atardecer se posa sobre nuestros cuerpos desnudos, agitados por la seducción.
Le daba permiso o mantenía el juego eterno hasta llegar a ser inconcluso, sin sentido. Pero antes de que me diera cuenta, tenía sus ojos clavados fijamente sobre mí. Sentí como recorrían mi cuerpo. Como sus labios carnosos esbozaban una sonrisa al encontrarse con los míos. Su tersa piel morena, curtida por el esfuerzo, se contrariaba con la pálida piel que me caracteriza, eterna nieve que no deshace por las lágrimas solares. Su cuerpo se acercaba lentamente mostrándose en todo su esplendor sólo para mí, su musa del recuerdo. Su vieja camiseta negra marcaba un cuerpo musculado, creado por el pincel de un perfeccionista pintor. Lo deseé antes de verlo, lo amé en cuanto lo vi. 
Allí sentados, próximos, sin palabras, descubrimos nuestro mundo frente al otro. Nos mostramos débiles, pasionales, deseosos. 
Su voz ronca deletreó palabras que hacía ya tiempo tenía olvidadas: Quiero ser tu atardecer y estar en cada amanecer.

Comentarios

  1. Rescato: espetar el tiempo que cualquier persona nos dedica porque somos frágiles como la vida.

    ¿Soy tu chica frustrada?, ¿buscando venganza por corazones rotos?

    Su voz ronca deletreó palabras que hacía ya tiempo tenía olvidadas: Quiero ser tu atardecer y estar en cada amanecer.

    Me encantaron esas frases y/o dialogos, creo haberlos vivído en algun momento, pero la verdad no se hasta que punto hay hombres asi, al menos eso de que tu vallas a la defensiva y ellos contraresten todas tus palabras con quizás una sonrisa, quizás ella lo amaba desde su yo más imtimo y no se habia dado cuenta hasta cuando ya estaban completamente entregados el uno con el otro, es que aveces no te das cuenta cuando ya sos absorvida por las sensación del corazón con un deseo intenso de amar.

    Bueno besitos nos estamos leyendo :D

    ResponderEliminar
  2. Si en algún momento de nuestra vida no vivimos el amor simple, bonito, irrompible, ¿qué nos queda?

    ResponderEliminar
  3. Tengo que confesralo, esta historia me atrapa.
    Me gusta tu forma de escribir.

    ResponderEliminar
  4. menudo mensaje le envía. eso no se le dice a cualquiera. seguro que no le importa que algún día seas impuntual:)

    ResponderEliminar
  5. Una continuacion que sin duda no esperaba fuera de esa manera. Y es lo bonito de las buenas historias: siempre van por donde uno no se lo imagina.
    Dale.. no nos dejaras asi ¿verdad?? Deseo, al igual que alma oscura, desnudar algo mas que su alma.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Tuviste suerte que "alma oscura" combinara con su nombre y apareciera de camiseta oscura y bien musculado... otros son oscuros y encima hay que mandarlos al gym!! :)
    Muy bueno tu relato

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Confesó

Entradas populares de este blog

Sin definir

Me hubiera gustado dejar algún texto, pero el día no ha sido muy bueno. La verdad es que hay días que sería mejor no levantarse. Os dejo por unos días. Voy a perderme entre playas y bosques, ruinas de otros tiempos, pasadizos a otros mundos, atardeceres con ojos a medio abrir y, tal vez, locuras de corazón. Espero volver con aires renovados, inspiración a borbotones y medias sonrisas sin descubrir. Besos a tod@s. Entrad en septiembre con recuerdos veraniegos y esperanza de próximas escapadas.

Se acordaron de mí

Debería haberlo hecho la semana pasada, pero no he tenido demasiado tiempo libre. Por ello, os pido perdón. Primero, quiero agradecer  a Nelly de "Los Silencios de Nelly" por concederme el Premio "Flor Naranja". Para mí ha sido una grata sorpresa, no esperaba haberme hecho un huequecito tan pronto en este mundo. También, quiero aprovechar para agradecer a María de "Árbol de Luz" por concederme un dulce premio (mmm, ¡qué rico!). Muchísimas gracias por acordarte de mí.  Sólo espero que sigáis disfrutando de mis entradas y que a través de ellas, os provoque alguna sensación. En mi siguiente post, indicaré mis seleccionados para que disfruten de estos premios como estoy haciendo yo. PD: Si me he olvidado de algún premio (tenga esa sensación), por favor, decirlo y lo posteo. Gracias. Beijinhos.

Querido diario

Querido diario, Hoy venía desarreglado, como si no hubiera tenido tiempo a arreglarse. Tal vez, se haya desnudado para otra. Aunque eso ya no me importa. Hace tiempo que sus aventuras dejaron de importarme, y sin embargo, no consigo escapar de aquí. Parece que este maldito anillo bloquea mis fuerzas, mi voluntad. Hace tiempo que dejé de existir. Ya no existe la Aurora de antes o, por lo menos, hace tiempo que dejé de reconocerme frente al espejo. También dejé de buscar mi reflejo porque odiaba lo que en él veía.  Al principio, te culpabilizas por la situación. Te convences a ti misma que aquello es pasajero, que ha sido un hecho aislado, producto del stress, de la tensión o de cualquier otra cosa nimia que en aquel momento te parece lo más grande del mundo. Pero se repite una y otra vez. En cualquier momento. En cualquier situación. Cualquier día. Intentas prepararte, como si fuera necesario un ejercicio de meditación para calmar su ira, aunque el ejercicio lo hacía yo. Mi i...