Ir al contenido principal

El café de los lunes

Cada lunes, después del trabajo, se dirigian a una pequeña cafetería afrancesada, conocida en el lugar por su grato trato y sus artesanales productos. No lo pensaban, solamente se dejaban llevar. Tal vez, ambas ansiaban ese instante de tranquilidad, de confidencialidad; ese pequeño espacio alejado de las preocupaciones mundanas, del trabajo, de las preocupaciones caseras. O, simplemente, pasó a ser una costumbre que ninguna de las dos era capaz de abandonar, como cuando abres una bolsa de gusanitos y no puedes parar hasta que el fondo asoma y sólo queda para saborear la sal caída. Pero cada tarde de cada lunes, pedían su café con un pequeño trocito de tarta de chocolate; demasiado pequeño para sentirse culpable, demasiado pequeño para quedar satisfecha. Como siempre las conversaciones versaban sobre temas indiferentes, con poca trascendencia personal, pero ambas sabían que en el segundo sorbo de aquel espumoso café, una de las dos rompería a soltar frases inconexas, cargadas de emoción, pero sobre todo, expulsadas del corazón con la misma rapidez que los críos soltaban el tirachinas para acabar cayendo una pelotita de papel en la nuca de algún compañero. Era una explosión de preocupación interior, sólo comprendida por aquella compañera, que se encontraba a su margen izquierdo. Allí estaban arropadas por el calor, por el cariño, por la amistad que habían labrado, casi sin percatarse.
Y cada lunes, al calor de una taza de café, con semblante de tranquilidad, se sientan alrededor de una pequeña mesa aguardando los secretos de otro corazón.

Comentarios

Publicar un comentario

Confesó

Entradas populares de este blog

Sin definir

Me hubiera gustado dejar algún texto, pero el día no ha sido muy bueno. La verdad es que hay días que sería mejor no levantarse. Os dejo por unos días. Voy a perderme entre playas y bosques, ruinas de otros tiempos, pasadizos a otros mundos, atardeceres con ojos a medio abrir y, tal vez, locuras de corazón. Espero volver con aires renovados, inspiración a borbotones y medias sonrisas sin descubrir. Besos a tod@s. Entrad en septiembre con recuerdos veraniegos y esperanza de próximas escapadas.

Se acordaron de mí

Debería haberlo hecho la semana pasada, pero no he tenido demasiado tiempo libre. Por ello, os pido perdón. Primero, quiero agradecer  a Nelly de "Los Silencios de Nelly" por concederme el Premio "Flor Naranja". Para mí ha sido una grata sorpresa, no esperaba haberme hecho un huequecito tan pronto en este mundo. También, quiero aprovechar para agradecer a María de "Árbol de Luz" por concederme un dulce premio (mmm, ¡qué rico!). Muchísimas gracias por acordarte de mí.  Sólo espero que sigáis disfrutando de mis entradas y que a través de ellas, os provoque alguna sensación. En mi siguiente post, indicaré mis seleccionados para que disfruten de estos premios como estoy haciendo yo. PD: Si me he olvidado de algún premio (tenga esa sensación), por favor, decirlo y lo posteo. Gracias. Beijinhos.

Querido diario

Querido diario, Hoy venía desarreglado, como si no hubiera tenido tiempo a arreglarse. Tal vez, se haya desnudado para otra. Aunque eso ya no me importa. Hace tiempo que sus aventuras dejaron de importarme, y sin embargo, no consigo escapar de aquí. Parece que este maldito anillo bloquea mis fuerzas, mi voluntad. Hace tiempo que dejé de existir. Ya no existe la Aurora de antes o, por lo menos, hace tiempo que dejé de reconocerme frente al espejo. También dejé de buscar mi reflejo porque odiaba lo que en él veía.  Al principio, te culpabilizas por la situación. Te convences a ti misma que aquello es pasajero, que ha sido un hecho aislado, producto del stress, de la tensión o de cualquier otra cosa nimia que en aquel momento te parece lo más grande del mundo. Pero se repite una y otra vez. En cualquier momento. En cualquier situación. Cualquier día. Intentas prepararte, como si fuera necesario un ejercicio de meditación para calmar su ira, aunque el ejercicio lo hacía yo. Mi i...