Cada noche las voces vuelven a mí. Los recuerdos de aquellos que se quedaron en el camino, que no siguieron mis pasos, ahora se vuelven lejanos, aquellos que ya quedaban guardados en la parcela de olvido. Ahora vuelven a mí. Azotan sus nudillos contra mis recuerdos. Ahora deciden seguir mis pasos, pero, ahora, soy yo quien cambió el camino. Quien prefirió dejarlos en el olvido. ¿Por qué osáis a trastornar mi calma? Pero cada noche, vuelven a mí. Los recuerdos se transforman en ansiosos deseos del presente. Lucharé. Cogeré mi espada y os batiré en duro duelo. Lucharé hasta que os apartéis de mi camino. Hasta que volváis a mi cajón de los desastres, donde guardo todo lo inservible, como sois vosotros para mí.
Me hubiera gustado dejar algún texto, pero el día no ha sido muy bueno. La verdad es que hay días que sería mejor no levantarse. Os dejo por unos días. Voy a perderme entre playas y bosques, ruinas de otros tiempos, pasadizos a otros mundos, atardeceres con ojos a medio abrir y, tal vez, locuras de corazón. Espero volver con aires renovados, inspiración a borbotones y medias sonrisas sin descubrir. Besos a tod@s. Entrad en septiembre con recuerdos veraniegos y esperanza de próximas escapadas.
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Confesó