Acostumbraba a ocultarse bajo unas grandes gafas, estilo años 70, para evitar que alguien se fijara en ella. No quería ser ella. No quería recordar a ella. Alta, guapa, inteligente, ambiciosa. Todo lo que deseara, ella lo tenía, pero no quería ser ella. Quería pasar desapercibida. Ocultarse bajo la sábana del anonimato. Con catorce años aprendió a ocultar su cuerpo, un cuerpo de mujer, voluptuoso, deseable para cualquiera, perfecto. Luchaba por huir de ella, y, sin embargo, se parecía tanto a ella. Su madre. Ella fue la primera que no pudo ver más allá de aquella belleza perfecta. No importaba la inteligencia, ni la fuerza, ni la lucha, sólo la perfección. No quería ser ella. La belleza desaparece. Se olvida. Ella quería cruzar la meta. Ser recordada por su trabajo, su amor, su ilusión. Cuanto le dolieron aquellas palabras: Era una belleza espectacular, con una gran sonrisa. No había más qué decir. Ésa era su madre. Palabras expresadas por un marido dolorido que pierde el bastón de su ...
Palabras que forman frases. Párrafos que expresan sentimientos.