-¡Chist,
calla!
-¿Pero esto
no lo puedo utilizar?
-No, eso
tampoco.
-Pues, no sé
yo si me va a gustar, ¿eh?
-Déjame a mí
y verás como te gusta. Colócate ahí.
-¿Dónde
pongo las manos?
- Tus manos
irán agarradas a este par de pañuelos negros. ¿Te aprietan?
-No, así
están bien. Lo has hecho para evitar que te toque.
-No.
-Ah, ¿no? ¿Y
entonces por qué ha sido?
-Para que tú
no evites que deje de tocarte a ti.
-Te aseguro
que no vas a conseguir mucho sólo con un par de besos.
-En ese
caso, no te importará que también te ate por los tobillos, ¿verdad?
-No conocía
este lado tuyo, le dijo él con la mirada traviesa.
Mientras ella cerraba el nudo del tobillo
derecho, levantó su mirada hacia él y sin nombrar palabra, continuó con el
tobillo izquierdo.
-Ahora sí
cumplirás la norma, sentenció ella.
Sólo había una, la única era dar placer sólo
a través de los labios. Estaba prohibido el uso de cualquier otra parte del
cuerpo para generar placer.
Posó sus labios húmedos sobre su cuello y le
besó muy lentamente, consiguiendo estremecer todo su cuerpo. Y fue recorriendo
su piel con besos cortos hasta la altura de las vértebras. Allí, detuvo sus
labios durante unos largos e intensos segundos, tratando de extraer todo el
sabor de él y llevárselo en su boca. Él trataba de obtener el control de su
cuerpo, que reaccionaba a los impulsos creados por ella.
Desde el final de su cuello fue lamiendo con
la punta de la lengua hasta el inicio de sus labios, que redibujó con la misma,
para después abrirse espacio dentro de su boca. Él besó apresuradamente,
ansioso, mordisqueando los labios de ella y cuando él más la pedía, ella
abandonó el terreno para continuar transitando el cuello con pequeños besos
hasta llegar al pecho. Entonces, ella se incorporó y así, a horcajadas sobre
él, mirando su torso redibujado por los músculos, le miró a él. Éste pensó que
ella rompería las reglas y no se resistiría a transitar sus manos por el escaso
pelo que le creció en los pectorales. Sin embargo, ella dejó caer su cuerpo
para justo a tiempo frenarlo con las manos apoyadas sobre el colchón, mientras
su mirada estaba centrada en los ojos de él. Levemente decepcionado, tal
vez.
Recorrió con toda su lengua los pectorales
hasta la altura de las ingles y volvió a subir para mordisquear sus pezones,
para chupárselos. Entre sus muslos, notó como el juguete de su compañero había
empezado a jugar a solito. Y ella sonrió para sí. Besó toda la línea del bóxer,
aún a pesar de que éste se rindió hace ya rato sobre la alfombra del salón.
Siguió bajando y, mientras él estaba ansioso por recibir algún agasajo en su
compañero de batalla, ella optó por continuar besando desde el empeine de su
pie hasta su muslo. Besos delicados, lentos, carnosos, húmedos. Al llegar al
final del muslo, ella humedeció sus labios con la punta de su lengua y besó la
punta de su pene introduciéndolo una pizca en su boca, lo justo para que él
sintiera su calor, su humedad. Después, con su lengua recorrió todo el pene de
arriba a abajo y de abajo a arriba con sus labios cerrados como si tocara una
armónica. Para nuevamente introducirlo con suavidad en su boca, pues sus manos
no podía usar. Lo lamía con los labios muy lentamente. Y él emitía pequeños
gemidos, mientras mordía sus labios. Sus ojos estaban a medio cerrar. Ella
sentía como el placer fluía por su piel, como su pene permanecía erecto y en
cada roce de sus labios el fin estaba más cerca de ella hasta él decir ¡PARA!
pero ella no estaba allí para cumplir órdenes, sino para imponerlas.
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ResponderEliminarUn relato que levanta... el ánimo del lector, que anima a continuar hasta un final que me parece resuelto con gran maestría. Bueno. Muy bueno. Y cálido, muy cálido.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya transmitido calor. Te insto a que lo pruebes y seguro que te transmite algo más.
EliminarHe seguido tu consejo y ¡no me llega la lengua al pene!
EliminarVoy a necesitar ayuda.
jajaja si te hubiera llegado es que serías más pequeño de lo que imaginaba ;) La ayuda si se necesita, se necesita....
ResponderEliminarSí, y un perrito :P
EliminarHabérselo pedido a los reyes. ;)
EliminarUhmmm... Habia olvidado la suave caricia que suelen ser tus palabras. Nunca te has detenido frente a las inhibiciones y ahora que cuentas con mayores herramientas narrativas te has vuelto mas seductora. Como siempre ha sido un placer casi sexual.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre tan halagador, Alexander. Trato de ir mejorando aunque no siempre se consiga plasmar todo lo que se aprende. Me alegro de que te haya gustado. Te debo una lectura. ;) Beijinhos.
EliminarMe ha encantado, una narración delicada, transparente y seductora. Muy bien usado el diálogo y un final clavado. Sigue así ;)
ResponderEliminarMuchas gracias, niña. Parece que estoy aprendiendo cosas nuevas ;)
EliminarY siempre es bueno leer tus comentarios, y tu blog :)
ResponderEliminarGracias. ;)
EliminarProbémoslo!!! :) muy buen relato... en tu línea provocadora... Anímate un dia a sacar un libro!
ResponderEliminarBesos.
Si lo pruebas, ya me cuentas qué tal el resultado. :P
ResponderEliminarGracias, pero a mí eso me queda muy grande. Tengo mucho que recorrer aún y que aprender.
Besos.
Y usted, lo has probado? o solo es producto de tu imaginación? Perdone mi curiosidad pero sus líneas incitan a..
ResponderEliminarPrimero me llama de usted y después me trata de tú, debería aclararse, ¿no cree? ;)
EliminarHe de reconocer que el juego sí, pero lo acontecido es algo que me guardo para mí. ¿No se anima a probar?
Perdone, no todos somos tan buenos escritores ;). No, yo no he tenido tanta suerte, pero bueno, con la imaginación a veces es suficiente.
ResponderEliminarDiscúlpeme no quería ofenderle :(
EliminarParece que la imaginación es lo único que nos queda a muchos........
Entonces ya sació su curiosidad sobre mi? 😏
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