Ir al contenido principal

¿Cuándo volveré a dormir?




Al tratarse de un caso de suicido, el expediente queda archivado. Sin embargo, la agente que leyó el email así como las primeras hojas de aquel diario, se vio encandilada por aquellas palabras, por ello, cuando acaba su turno, baja al almacén a seguir descubriendo la historia de aquel corazón suicida.
"No sé si será porque hoy estoy hecha una mierda o porque hoy es otro puto jueves. No sé si te dabas cuenta pero tendías a asomar en mi puerta normalmente un jueves. Por eso, me sumerjo en el silencio esperando escucharte al otro lado, pero en mi mundo ya van a dar las diez de la noche y los gritos del otro lado de la ventana penetran hacía mi mente, confundiéndose con mi caudal de pensamientos. Espero que hayas recuperado tu mundo, porque lo último que yo hubiera deseado era arrebatártelo, pero nunca pertenecí a tu universo real, sólo al que creábamos entre ambos, por lo que me resulta imposible descubrirlo. Sé que estas palabras no van a traspasar estas hojas secas, pero has creado una necesidad en mí, la de comunicarme y la única opción que me has dejado ha sido ésta. Si mis letras vieran la luz, tal vez no contarían con tu aprobación. Una "no historia" con una protagonista caótica y un protagonista fantasma. No estaría mal contar con tu perspectiva, seguro que más pragmática y realista que la mía. Yo siempre he tendido a divagar demasiado. 
Lo malo de todo esto es que aunque cuatro hojas más atrás me prometiera a mí misma, incluso a ti, que no te buscaría, que únicamente quedaría a la espera de que tú lo hicieras, cada mañana debo cerrar los ojos para controlar mis impulsos de buscar lo que se ocultó a mis ojos, tú. Cada noche me pregunto si al día siguiente aparecerás, porque como bien decías, "siempre vuelvo" y aunque nunca te lo confesé, mi temor era éste, que no lo hicieras. ¿Cómo se pasa de querer estar a mi lado a desaparecer sin dejar rastro? Porque tengo tu imagen clavada en mis retinas, si no, pensaría que fuiste un sueño, un bonito sueño. ¿Cuándo volveré a dormir?"

Comentarios

Entradas populares de este blog

Explotemos juntos en alguna ocasión (continuación de "Ni tú pá mi, ni yo pá ti")

Y, de repente, para, se yergue y se distancia de él unos escasos centímetros, que ni el silencio se hubiera atrevido a atravesar. Le mira directamente a los ojos. Ella roza sus propios labios con su lengua para terminar con un pequeño mordisco en el labio inferior, por la parte izquierda de éste. Él se mantiene inalterable en su posición, controlando su deseo por ella, aunque su entrepierna tenga vida propia y roce suavemente el muslo derecho de su enigmática compañera sexual. Ella se inclina sobre él y echa su cálido aliento sobre la fina piel de su cuello provocando que ésta se erice, para terminar con un lametón a la altura de la barbilla. Y sin que ambos se rocen, sus lenguas se acarician atrayéndose entre si para terminar en un apasionado beso, que aunque comienza lento, termina salvaje, ansioso, donde las manos invaden el cuerpo del otro. Él la sube a la altura de su cintura y la penetra fuerte, mientras ella le rodea con sus piernas y su espalda es ahora la que golpea la

Sueños de medianoche

Nos escondimos en aquel viejo cuarto, tras las escaleras de la segunda planta, después de la sala de ordenadores de los de segundo de carrera, ¿te acuerdas? Dos pares de vaqueros tirados sobre el suelo. Mi camiseta sobre el pomo de la puerta. La tuya, sobre la pila de viejas CPU, de una generación ya olvidada. El aire la ondeaba como la bandera de un barco pirata reclamando su territorio. Golpeaste mi espalda contra la puerta, sujetando con firmeza mis brazos por las muñecas, quedando a tu merced. Me clavaste tu mirada con tal intensidad, que aún hoy sólo necesito cerrar los ojos para sentirla sola para mí. Me susurraste al oído derecho que cerrara los ojos y cuando mis párpados se bajaron sentí tus labios recorrer lentamente mi cuello hasta la clavícula, haciendo estremecer todo mi cuerpo. Tu lengua saboreó mis pezones haciéndolos endurecer. Ibas bajando hacia mi ombligo; tus manos acariciaban las curvas de mi cuerpo. Sutilmente retiraste la última pieza que cubría mi cuerpo, quedan

¿Lo probamos?

-¡Chist, calla! -¿Pero esto no lo puedo utilizar? -No, eso tampoco. -Pues, no sé yo si me va a gustar, ¿eh? -Déjame a mí y verás como te gusta. Colócate ahí.  -¿Dónde pongo las manos? - Tus manos irán agarradas a este par de pañuelos negros. ¿Te aprietan? -No, así están bien. Lo has hecho para evitar que te toque. -No. -Ah, ¿no? ¿Y entonces por qué ha sido? -Para que tú no evites que deje de tocarte a ti. -Te aseguro que no vas a conseguir mucho sólo con un par de besos. -En ese caso, no te importará que también te ate por los tobillos, ¿verdad? -No conocía este lado tuyo, le dijo él con la mirada traviesa. Mientras ella cerraba el nudo del tobillo derecho, levantó su mirada hacia él y sin nombrar palabra, continuó con el tobillo izquierdo. -Ahora sí cumplirás la norma, sentenció ella. Sólo había una, la única era dar placer sólo a través de los labios. Estaba prohibido el uso de cualquier otra parte de