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Incidente

      Caía la tarde. Permanecía sentada en aquella pequeña terraza que encontró por casualidad. Su mente, perdida en su última adquisición "Todos los fuegos el fuego". Su garganta se refrescaba con el elixir frío que permanecía dentro de la copa. Se levantó para ir al baño, sin mayor preocupación. A la salida, su mirada cabizbaja, hizo que tropezara, vertiendo sobre su camiseta el líquido que el camarero llevaba sobre la bandeja. Ella, con los ojos cerrados, se excusó ante él por su torpeza y le preguntó qué inundaba ahora su camiseta. A lo que él, sin dejar de apartar la mirada de aquel sujetador gris perla, contestó que sólo se trataba de agua. Ella, respiró profundamente y abrió los ojos pausadamente, como quien descubre el mundo por vez primera, para encontrarse con dos ojos traviesones.
      Inmóviles, frente a frente. Ella, preparada para un concurso "Miss Camiseta Mojada". Él, deseoso de convertirla en su presa. Sin palabras. Sin presentaciones. Sus miradas delataron el deseo de los dos. La puerta se cerró tras ambos. Los botones del pantalón huyeron por el suelo. Él sintió su pecho húmedo y frío. Su espalda golpeaba la alicatada pared. Ella sujetaba su cara para confirmar los besos profundos y sus piernas rodeaban su cintura, mientras él le embestía cada vez con mayor necesidad. Ella sintió rozar el clímax, cuando las penetraciones iban aumentando en intensidad y profundidad, hasta sentir su cuerpo desvanecerse. 
Ahora, dos miradas desnudas frente a frente y dos sonrisas de satisfacción. 
Y, ella no olvida, aquellos ojos traviesones.

Comentarios

  1. Bueno últimamente no paras eh?! Es el verano?! el calor?! :) vaya tela vaya tela, me gusta me gusta como lo expresas, te mete de lleno en el texto, vaya muy bien :D

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  2. Ains entre el verano, el calor y el relato... yo no veo la hora de ver a mi pareja y destrozarla XDDDDDDDDDDDD

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  3. Muchas gracias a todos por pasaros y comentar. Y gracias también a aquéllos que aunque no comentéis, leéis asiduamente.

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Confesó

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